Una investigación internacional publicada en la revista Nature revela 49 variantes genéticas que predisponen a los pacientes a sufrir covid-19 grave. Este macroestudio genético, además de mejorar la comprensión de la enfermedad, muestra dianas terapéuticas que podrían ayudar a desarrollar nuevos tratamientos.
El trabajo está liderado por la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y cuenta con una importante contribución española, ya que han participado una treintena de hospitales y centros de investigación. Entre los colaboradores se encuentran miembros del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), el Hospital Universitario de Salamanca, la Universidad de Salamanca (Usal) y el Centro de Investigación del Cáncer (centro mixto del Csic y la Usal), informa la agencia Dicyt.
Desde el comienzo de la pandemia, los médicos comprobaron que la infección provocada por el virus SARS-CoV-2 podía tener consecuencias muy diferentes, desde la ausencia de síntomas a graves daños pulmonares, debidos a una reacción inflamatoria del sistema inmunitario del paciente, que en el peor de los casos llevaban a la muerte. Los factores genéticos pueden explicar gran parte de estas diferencias.
El consorcio GenOMICC, una colaboración mundial para el estudio genético de enfermedades, ya reveló en 2022 las primeras 16 variantes genéticas a través de un estudio de asociación del genoma completo (GWAS), un enfoque de investigación que se emplea para identificar variantes genómicas asociadas estadísticamente con un riesgo de enfermedad o con un rasgo determinado.
Aquel trabajo, también publicado en Nature, se amplía ahora con el análisis de más de 24.000 pacientes que enfermaron de forma grave. Sus datos han sido comparados con los de población general y con los de otras personas que habían tenido síntomas leves.
Tras hallar 49 regiones genómicas asociadas al covid-19 grave, los investigadores combinaron los resultados con datos de expresión génica y proteica para identificar 114 posibles dianas terapéuticas, es decir, moléculas sobre las que podrían actuar los fármacos.
El estudio señala genes relacionados con la replicación de los virus, la activación de células inmunitarias como los macrófagos o la inflamación. En concreto, los investigadores consideran que se podrían emplear medicamentos ya conocidos que actuaran para frenar el proceso inflamatorio conocido como “tormenta de citoquinas”, que desencadena las peores consecuencias del covid-19.
La investigación ha estado liderada por Kenneth Baillie, de la Universidad de Edimburgo. España ha aportado al estudio casi 6.000 pacientes. La coordinación de los distintos centros y hospitales le ha correspondido a Ángel Carracedo, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS) de Santiago de Compostela, de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica (Sergas) y del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII); y a Pablo Lapunzina, del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Paz (IdiPAZ) de Madrid.
Por parte de Salamanca, han colaborado varios investigadores que pertenecen al IBSAL, el CIC, el Hospital Universitario, la Universidad de Salamanca o a más de una de estas instituciones: Julia Almeida, Alberto Orfao, Felipe Álvarez Navia, Moncef Belhassen García, Cristina Carbonell, Amparo López Bernús, Miguel Marcos, José Ángel Martín Oterino, Pedro Luis Sánchez y Guillermo Hernández Pérez.