Marta Corrionero, maestra de Yoga Ganesha Salamanca, acaba de concluir el segundo curso de formación de profesores de yoga avalado por Yoga Alliance. Sus sensaciones son muy “satisfactoria. Son emociones mezcladas, te da pena dejar esa relación tan bonita que se establece con las personas que han realizado el curso y por otro lado ves el resultado”, explica.
Como apunta la maestra de la escuela Yoga Ganesha Salamanca, el grupo ha estado formado por personas diferentes, cada una con un momento vital distinto, pero con el yoga como denominador común. “Ese vínculo que se crea no se puede explicar con palabras, hay que vivirlo”, puntualiza.
¿Todas las alumnas quieren dedicarse a la enseñanza del yoga?
No. Hay diferentes tipos, por un lado está la personas que ya practica y quiere profundizar; otras lo ven como una salida laboral y, por último, las que acaban de empezar en yoga y les apasiona tanto la transformación que están experimentando por la práctica del yoga que quieren conocer, leer y saber más.
La formación es completa va desde el conocimiento de la anatomía, la filosofía del yoga, las distintas variantes del yoga, la metodología,… “Te sorprenden porque de todos los hilos que se les ofrece, tiran de uno. Es lo bonito de la formación. Lo que se produce es esa transformación personal que es muy complicado de definir, hay que vivirlo. La mayoría de las personas continúan formándose en algo que le ha tocado un punto de su corazón y quieren compartirlo con amigos, familiares, compañeros. Por eso, muchas personas quieren dedicarse a la enseñanza, aunque no fuera su propósito inicial”, apunta la maestra de Ganesha Salamanca.
Hasta ahora sus ‘baby profes’ -con todo el cariño del mundo-, han estado amparadas por Marta Corrionero y los profesores que la acompañan en la formación, pero ahora ya echan a andar solas. Eso sí, las prácticas las realizan en Yoga Ganasha Salamanca con alumnos y situaciones reales.
“Siempre les digo que lo más importante es ponerte en una esterilla y ser honesto con los alumnos, si no sabes algo cuando te preguntan, le dices que lo vas a estudiar y se lo transmitirás después; si has aprendido algo de una persona, darle las gracias a ese maestro, amigo o alumno; hay que ser generoso con los alumnos, estás al servicio de ellos. También les digo que el verdadero maestro o maestra de yoga es el grupo, el conjunto que conforma la clase, porque cada alumno, está enseñándonos todos los días”.
¿Después de la pandemia se practica más yoga o es una percepción porque personas conocidas lo hacen?
Ha habido un cambio cognitivo y emocional grande. Hay mucha más visibilidad y conciencia del yoga. No es una moda, un postureo, es como un despertar de que no estamos tan bien de las cabezas. Hay necesidad de yoga, porque ayuda mucho en el sentido de saber respirar, de tener una mente clara para tomar mejores decisiones. A yoga no solo se viene a relajarse.
Con esa afirmación se cae un mito.
Insisto mucho en esto. Eso acontece, se da, viene,… pero no es el objetivo. El yoga va mucho más allá de relajarse. Hay un autoconocimiento y te ofrece una capacidad de discernir. Por eso, si se practica yoga se toman mejores decisiones. No es buena señal que se acerquen tantas personas al yoga.
¿A qué se refiere?
A que hay mucha ansiedad en la sociedad.
Marta Corrionero está preparando la tercera edición de la formación de maestros de yoga. Está abierta la matrícula del curso que comienza en octubre y finaliza en mayo, un fin de semana al mes -sábado y domingo- “Tengo muchas ganas de arrancar otra edición”, concluye la maestra de Yoga Ganesha Salamanca.