[dropcap]L[/dropcap]a Escuela Municipal de Cine nació en 1979. Cuando llevaba dos años de andadura colaboró con la “Linterna Mágica” de Turín, Italia. Se abrió al lenguaje de la televisión; la escuela suplió la falta de programación de cine para niños programado sesiones cinematográficas infantiles.
Sus profesores Pedro Pérez Castro e Hilario Hernández, dirigidos por José Antonio Pérez Millán, trabajaron los dos primeros años con chicos de la segunda etapa de EGB, pero a partir de su segundo año comenzaron una nueva experiencia admitiendo en la escuela a niños muy pequeños, desde primero de básica.
Empezaron con grupos restringidos, los que destacaban y estaban más interesados en adquirir mayores conocimientos. Colaboraron con colegios, y la Casa Municipal de Cultura aportaba su laboratorio de video y fotografía.
La Escuela Municipal de Cine inició su trabajo muy pronto, ya en mayo de 1981 se habían formado seis grupos de alumnos que dirigían sus propias producciones con guiones cinematográficos escritos por ellos mismos. Ese año comenzaron a rodar en súper 8 y se fueron introduciendo en el mundo de la imagen a través de las explicaciones de los profesores de la escuela tras visionar películas.
Veinte niños de la Escuela Municipal de Cine fueron invitados a participar junto a dos profesores en el Festival Internacional de Cine Infantil y Juvenil de Gijón, celebrado del 4 al 10 de julio de 1981. La Escuela de Salamanca era pionera en España, y por este motivo se desarrolló en el festival una ponencia explicando la experiencia. También se presentaron, fuera de concurso, seis cortometrajes realizados por ellos mismos.
En Gijón se debatió sobre la Escuela de Cine de Salamanca y recibió el premio “Villa de Gijón” por su labor en pro de la enseñanza del cine en la infancia y en la juventud. También recibieron el premio “Juvenalia” por su trabajo creativo en el ámbito cinematográfico de niños y jóvenes. Uno de los cortometrajes, titulado “Pánico”, recibió el tercer premio destinado a realizaciones infantiles en Súper 8. Recogiendo nuestras experiencias, se fueron creando en otras ciudades escuelas de cine semejantes.
A tanto llegó la Escuela de Cine salmantina que el informativo juvenil de TVE estuvo protagonizado por alumnos de la misma. Ocho estudiantes de la Escuela rodaron en diciembre de 1981 un programa. Con estos chavales se inició la serie “Cine Club Infantil”. El formato era sencillo, se pasaba una película y después, acto seguido, era comentada por los alumnos. Un moderador y siete contertulios intervenían simultáneamente. El programa se llamaba “Pista Libre”.
La primera película que se proyectó en el programa fue “El pequeño capitán Mikula”. El programa fue sugerido a los responsables de TVE por los alumnos de la Escuela. En 1982 presentaron nueve cortos al Festival de Gijón, en aquellas fechas era director de la Escuela de Cine Pedro Pérez Castro.
Otra de las emisiones, la titulada “Voces sin voz”, trató de la publicidad y surgieron problemas con la dirección de RTVE. Su transmisión fue aplazada al verano, en meses de muy escasa audiencia, como castigo a la posición de los alumnos en el debate en el que llegaron a acusar a las empresas publicitarias de manipular los anuncios de productos para niños.
1 comentario en «La Escuela Municipal de Cine»
Qué recuerdos. Como ansiábamos mi hermano Pablo y yo aquellas maravillosas tardes de cine de los sábados. Si principio en Tejares, luego en la Gran Vía. La primera película que vi en la escuela fue Tom Sawyer, mi hermano y yo hablamos del indio Joe durante mucho tiempo?, nos impactó. También participé en uno de los anuncios que se grabaron «Si hay alguna confusión, gomas Tachón» que supongo fue de los que viajaron al «XX Certamen internacional de cine para la Infancia y la Juventud de Gijón» -ese era su nombre exacto- a donde no tuve la suerte de ir (mi hermano si fue uno de los afortunados).
También tuve el deshonor de cargarme una de las cámaras de la escuela, un día que estábamos rodando en el parque de los Carmelitas: corriendo y enredando en un descanso enganché un trípode con el pie y cámara al suelo: las caras de Pedro e Hilario eran un poema. Hubo que suspender el rodaje porque la cámara dejó de funcionar.
¡Gracias por el artículo!
Samuel Martín- Sosa