La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) trasladó su apoyo tanto a los veterinarios como al resto de trabajadores de la Consejería de Agricultura en la Comunidad y, especialmente, en Salamanca, tras las “quejas, actitudes violentas e incidentes” provocados por un grupo de ganaderos.
CSIF recuerda que los trabajadores de la Junta “únicamente cumplen con su deber de hacer que se respete la normativa existente y que elaboran los políticos”, como ocurre con el “polémico” asunto del control y vigilancia de la tuberculosis bovina.
La organización insiste en que los trabajadores de Agricultura no son responsables de la situación que sufren los ganaderos, por lo que les pide tanto a ellos, como a sus organizaciones profesionales, que dirijan sus legítimas demandas de negociación y sus protestas hacia los responsables políticos de los gobiernos central y autonómico, y que “no acusen, ni acosen y señalen” a los funcionarios públicos, “que sólo hacen su trabajo”.
CSIF exige a las administraciones que aclaren su posición, sus criterios y la normativa que debe aplicarse, respecto al control de la tuberculosis o la movilidad del ganado bovino; y al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y al vicepresidente, Juan García-Gallardo, que se posicionen y defiendan la intachable profesionalidad de los empleados públicos de la Consejería de Agricultura.
Por último, insta a los políticos a que busquen y encuentren soluciones al problema de la tuberculosis bovina, que parece que no son capaces de gestionar.