Un grupo de científicos ha logrado un avance en el estudio de las ráfagas de radio rápidas (FRB) que, desde su descubrimiento se ha especulado con que procedan de los extraterrestres, que estarían tratando de contactar con nuestro planeta.
Las ráfagas de radio rápidas se detectaron por primera vez hace 15 años y consisten en destellos de luz que aparecen desde el espacio de forma temporal y aleatoria. Si bien, por el momento no se ha podido determinar de dónde proceden, por lo que algunos han asociado su origen a los extraterrestres y un hipotético intento de contactar con la Tierra.
Ahora, un equipo de investigadores, liderados por Li Di, de la Academia China de la Ciencia, ha logrado un avance que podría arrojar luz sobre el origen de las FRB. Los expertos han realizado un seguimiento de FRB 20290520B, y sus resultados, publicados en la revista ‘Science’, indican una inversión extrema del campo alrededor de la fuente en constante estallido.
Tal y como indicen, podría tratarse de un “agujero negro o de una estrella de neutrones totalmente magnetizada”. No obstante, matizan que “cuando se tienen en cuenta todos los datos”, ninguna de las teorías encaja del todo.
Los científicos llegaron a este planteamiento cuando descubrieron que la FRB cambió dos veces y de forma drástica su señal cuando la analizaban. Así pues, la única explicación que ven los expertos sería que una fuerza “turbulenta” hubiera invertido o retorcido los campos magnéticos que rodean la FRB. Además, consideran que para ello, la señal debería haber atravesado “el viento estelar denso y variable de una estrella compañera”.
Tras el descubrimiento de esta FRB, la primera repetitiva y persistentemente activa que se ha hallado hasta ahora, el equipo de Li Di ha llegado a la conclusión de que los pulsos de emisión de ondas de radio podrían proceder de “un objeto compacto acompañado de una compañera binaria con fuertes vientos estelares”. No obstante, aspiran a “dar un paso más en la comprensión de dónde provienen exactamente estas señales”.