Los actos institucionales que se celebran en fechas tan señaladas como las fiestas de la ciudad, donde coinciden autoridades y representantes de la sociedad salmantina, son el caldo de cultivo propicio para la formación de corrillos donde se habla de lo divino y lo humano.
En algunos de los que se formaron este lunes con motivo de la recepción oficial por la fiesta del patrón de la ciudad, organizado pro el Ayuntamiento en la Casa Lis, se habló mucho de lo divino gracias al sermón que minutos antes había pronunciado el obispo, José Luis Retana, en la misa por San Juan de Sahagún.
Inquietud, contrariedad, disgusto y desagrado fueron algunas de las palabras que provocó la alocución de monseñor que no dejó a nadie indiferente y cuyo eco replicaban estupefactas algunas voces en los corrillos.
Se escuchó decir: ‘¡Qué oportunidad ha perdido el señor obispo para parecerse a San Juan de Sahagún!’; ‘Desde el púlpito quiere derogar leyes’; ‘No se le ha oído decir nada de los sacerdotes que abusan de niños. De eso no ha querido hablar’; ‘Ha dejado bien claro a quién vota’.
Frases y expresiones como éstas, venían motivadas porque el obispo mencionó la Ley del Aborto, la Ley de la Eutanasia y “no mencionó la Ley Trans, porque seguro que no se acordó. Ha indignado a muchos de los que estábamos allí. Estuve a punto de levantarme”, comparten en el corrillo.
“Casi, casi que pidió que sería mejor que llegara otro Gobierno y que acabara con estas leyes. El primer mitin de la campaña y, sin duda, no se va a decir ningún mitin en un lugar tan impresionante”, ironizó una de las personas del corrillo.
Precisamente por el corrillo, porque la misa estaba dedicada a San Juan de Sahagún y porque alguien comentó la oportunidad del obispo para parecerse al patrón salmantino, recordemos que el santo fue un gran conciliador, reconcilió Salamanca, que estaba dividida en dos partes, los que apoyaban a la familia Monroy y los que hacían lo propio con los Manzanos.
Tanto era el miedo que existía en Salamanca que justo, donde hoy está la plaza del Corrillo, era la frontera entre los dos bandos y por allí no pasaba nadie, por eso comenzaron a crecer corrillos de hierba y de ahí viene su nombre.
“En lugar de conciliar, de hablar de la redistribución de la riqueza, del apoyo a la infancia, de las familias que lo están pasando mal,.. hace unos días presentó el informe de Cáritas. En lugar de todo eso, habló de política, para dividir más aún. No nos ha gustado nada”, susurra una de las voces, para preguntar más alto: “¿Eso ha sido un trueno?»
San Juan de Sahagún
San Juan de Sahagún llegó a la provincia para consagrarse como fraile agustino y dejó una huella indeleble en la ciudad.
En la ciudad se le reconoce por hechos importantes. El más notable de ellos fue lograr la conciliación entre varias de las familias nobles que durante varias décadas tiñeron de sangre las calles en sus enfrentamientos. El último que se recuerda de ellos fue el asesinato de dos hombres de la familia Monroy por parte de otros dos de la familia Manzanos.
La madre de los Monroy tomó venganza y persiguió al par de asesinos hasta Portugal. Los mató y puso sus cabezas sobre las tumbas de sus hijos. Ante el derramamiento de sangre, San Juan no se queda tranquilo y decide intervenir en el conflicto. Consiguió que todas las familias involucradas firmaran un acuerdo de paz y pusieran fin a las disputas.
Si bien el pueblo admiraba y quería al sacerdote valiente. No todos lo veían con buenos ojos. Predicaba la justicia y rechazaba la ambición, por lo que fue blanco de burlas, amenazas y desprecios de muchos otros.
Lo expulsaron de Ledesma por defender a colonos y criados. Y no lo dejaban entrar a los pueblos donde gobernaba un noble por sus campañas en contra de las injusticias hacia los obreros.
También convencía a los adúlteros de abandonar su vida de pecado y esto lo llevó a la muerte. Una mujer despechada porque su amante acabó con la relación tras hablar con el fray prometió quitarle la vida. La mujer mandó a envenenar la comida del santo.
2 comentarios en «Los ‘corrillos’ del obispo»
«Oremus, letamus genua, levate». Traducción: «saca un bollo Eufemia , de bate (clara batida por si acaso). Es lo mismo que hace el obispo: silbar y hacerse el loco. Divina Comedia.
Adivinen, que parte del pollo recibe este nombre. Pues , para el que no lo conozca, se trata de esa parte abultada y grasa que, situada sobre la cloaca ( culo , para entendernos), se desecha lo primero al trocear al animalito. Bueno, pues eso, parece ser que esa parte proporciona el diminutivo de unos profesionales del cuento que llevan años viviendo del idem y que con cuatro leyendas sin ningún fundamento atemorizaban al pueblo y se creen que pueden seguir haciéndolo. Mientras tanto se preocupan de ocultar a los compañeros que abusan de niños, nos sacan los cuartos con anuncios lacrimosos para que rellenemos su casilla en la declaración de la renta, y con nuestro dinero financian medios de comunicación que atice a todo lo que signifique progreso. De sus robos por las inmatriculaciones hablaremos otro día. ¡¡¡Al infierno, de patas van a ir todos!!!