Miguel Marcos, médico internista del Hospital Universitario de Salamanca que alcanzó notoriedad durante la pandemia por sus informaciones y consejos, ha alertado del peligro que puede suponer las garrapatas durante las salidas al campo. Su picadura puede transmitir, entre otras, la enfermedad de Lyme, la fiebre hemorrágica Crimea-Congo y la fiebre botonosa mediterránea.
“¡Ojo con las garrapatas en las salidas al campo!”, ha alertado a través de su cuenta de Twitter, el doctor Miguel Marcos. “Ahora que se acerca el buen tiempo y habrá más salidas al campo, recordemos que las picaduras de garrapatas pueden producir varias enfermedades potencialmente graves”, añade.
Por un lado, la enfermedad de Lyme, que “se transmite desde los animales (zoonosis) a través de una picadura de garrapata” y su expansión “por diversos factores ha sido enorme”, señala Marcos, aclarando que en España “se estiman unos 30.000-50.000 casos al año”. Su cuadro clínico “es complejo” y “se divide clásicamente en tres fases”.
“Una fase inicial de enfermedad localizada con lesiones cutáneas características (eritema migrans) y en la que también pueden aparecer síntomas generales (fiebre, malestar general, falta de apetito, dolor de cabeza, etc.). Si no se trata podemos entrar en la fase de enfermedad precoz diseminada con múltiples lesiones eritematosas, afectación cardiaca o neurológica. Finalmente, en la fase tardía lo más característico es la artritis, migratoria o persistente, alteraciones neurológicas y cutáneas”.
El doctor matiza que “como ocurre con todas las enfermedades”, “el espectro clínico es muy variable y hay incluso pacientes en los que el primer síntoma es la artritis”. Respecto al tratamiento, explica que “es con antibióticos”, bien sea vía oral con fármacos como la doxiciclina o vía intravenosa.
Por otro lado está la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, una patología que se ha detectado en varios pacientes del Hospital Universitario de Salamanca. Esta patología consiste en un “proceso febril agudo tras picadura por garrapata sin respuesta a doxiciclina”, indica la doctora Amparo López Bernús, quien aclara que en estos casos el periodo de incubación es muy corto y no se presenta exantema (erupción cutánea) ni ojos inyectados en sangre.
Finalmente, la fiebre mediterránea botonosa, provocada por la bacteria R.conorii. “Se transmite por la picadura de una garrapata ixódide que es el vector y reservorio habitual”, señala el farmacéutico Jorge Ligero. “Se calcula que el 20% de las garrapatas están infectadas con R.conorii, si bien no experimentan daño alguno”, aclara.
“Los huéspedes habituales suelen ser pequeños roedores y perros. El hombre es un huésped accidental dentro del ciclo de las garrapatas. Suele ser endémica en la cuenca mediterránea” y “produce brotes epidémicos en verano”, expone Ligero.
“Afecta a ambos sexos, siendo un poco más frecuente en varones, y con más alta incidencia en las dos primeras décadas de vida”, añade, matizando que “suele ser una enfermedad leve” y su periodo de incubación “suele ser de 8 a 12 días”.