El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, no se quedó corto a la hora de exigir en su día la navegabilidad del Duero y el desarrollo integral de las comarcas del oeste de Zamora, Salamanca y la explotación de todas sus canteras de granito: Bermillo, Fornillos, Pereruela, Fresno, Vitigudino, Los Santos, Villavieja…, llegando hasta las provincias de Ávila y Cáceres.
De vez en cuando, hay que dar las campanadas. Hay que vender cualquier cosa, aunque sea humo. En las fotos, El Adelanto del 27 de enero de 2000.
El Duero, era y lo es, navegable. El problema es que en la Salamanca vaciada no queda nada ni nadie para navegar (el muelle de Vega Terrón tiene exclusivamente uso turístico). Nada queda, salvo granito, sí, pero ¿con destino a dónde, a qué precio?, porque esta roca es de las más abundantes del planeta. Las canteras están alejadas del puerto de Vega Terrón, la carretera es necesariamente mala por las muchísimas curvas necesarias para bajar de la meseta (700 m) al Duero, pues allí tiene una altura sobre el nivel del mar de 130 m.
La hemeroteca no perdona pero los electores sí. No tienen mucha memoria y olvidan los pufos como este. 23 años después el señor Mañueco sigue de presidente como el señor Carbayo sigue de alcalde, después del otro pufo, el del Peace City World. Propuestas absolutamente vacías, sin un mínimo respaldo de estudio de viabilidad económica. La de Mañueco, año 2000, un proyecto de 20.000 millones de ptas, o 120 millones de €. Y mirando al futuro inmediato, ¿qué ocurrirá con el área logística de Peña Alta y su puerto seco, aquí, en el municipio de Salamanca? ¿Otro despilfarro de cientos de millones?
Por. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.