Salamanca primero

Hace unos días más de quince mil personas convocadas por la Plataforma Cívica por las Infraestructuras de Burgos se manifestaban en Burgos y Aranda de Duero para denunciar el abandono de la provincia por parte del gobierno de España y de la Junta de Castilla y León y lo hacían de forma unitaria participando en la protesta bajo el eslogan Burgos exige Respeto y Futuro reivindicando mejoras de infraestructuras esenciales para su desarrollo.

Creada hace menos de tres meses cerca de 300 asociaciones y colectivos de la provincia se han sumado ya a la Plataforma: asociaciones empresariales, sindicatos, colegios empresariales, entidades del tercer sector, asociaciones socio-sanitarias, representantes vecinales, universidad, diversas fundaciones y asociaciones del mundo de la cultura y deporte. Una amplia representación de la sociedad burgalesa.

La manifestación tenía como objetivo “expresar el hartazgo de la sociedad burgalesa por las decisiones de los representantes políticos, que suponen la marginación de Burgos en aquellas inversiones en infraestructuras que permiten la movilidad de las personas y mercancías, en condiciones de competitividad con otros territorios”. Entre sus reivindicaciones concretas las comunicaciones ferroviarias como parte del corredor atlántico y con Madrid. En relación con estas últimas infraestructuras algunos de los eslóganes más escuchados fueron: “Madrid por Aranda, no por Pucela’, ‘Vamos andando, no tenemos tren’ o ‘Tren directo ya’. ¿Les suenan de algo?

Diecisiete entidades y organizaciones salmantinas firmaron hace meses un manifiesto con reivindicaciones similares. Posteriormente, se inició una recogida de firmas de la que no hemos vuelto a saber nada y en ningún momento se planteó por parte de los firmantes iniciar una campaña de movilizaciones ciudadanas. Lo conseguido hasta la fecha es nulo: seguimos sin la cuarta y quinta frecuencia del Alvia a Madrid y el denominado corredor atlántico que se está estudiando en Europa y que contaría con una fuerte inversión mediante los fondos europeos, no incluye el tramo Plasencia Astorga que permitiría el desarrollo de la zona oeste de España, incluso se plantea que el denominado corredor atlántico ferroviario pase por Valladolid y Madrid, marginando a Zamora, Salamanca y Cáceres que, por cierto, conforman la Raya y deberían ser aliados estratégicos frente a Valladolid y Madrid.

Ni siquiera las elecciones han conseguido que los grandes partidos, PP y PSOE, sitúen estas reivindicaciones ciudadanas en sus agendas políticas, lo cual no es de extrañar ya que los representantes de ambos partidos en la Junta de Catilla y León, el Congreso y en el Senado no han presentado ningún tipo de iniciativas al respecto en las legislaturas anteriores, posiblemente para no importunar a sus respectivos gobiernos y continuar figurando en las listas electorales para garantizarse el puesto a través del voto cautivo. Parece que ambos creen que la distribución de escaños en Salamanca no se va a modificar nunca.

Hoy por hoy otras iniciativas políticas de raigambre local, grupos atomizados e incapaces de unirse, no disponen en Salamanca de la implantación y el respaldo suficiente como para conseguir representación parlamentaria que, unida a la de otros grupos similares de la denominada España Vaciada, pudieran obligar a los gobiernos de la Junta y de España a modificar su postura de abandono respecto a Salamanca.

Es por ello que Salamanca debería tomar ejemplo de lo realizado en Burgos y, gane quien gane las próximas elecciones, debería dotarse de una plataforma ciudadana similar a la de Burgos y plantear un plan de actuación que saque a la calle a los salmantinos y sus reivindicaciones y que haga, cuando menos incomoda, la próxima legislatura a los gobiernos respectivos independientemente de quien los componga. A Salamanca se le acaba el tiempo y se le escapa el tren del desarrollo si los salmantinos no nos sacudimos la modorra política en la que dormitamos desde el comienzo de los tiempos.