¡Vaya panorama!

Miles de personas, según la Policía Local rondarían los 5.000 o quizá más, porque a medida que se acercaba la medianoche esta cifra fue en aumento. Querían ver la hoguera de San Juan en uno de los solares del barrio de El Zurguén.

Eso sí, solo pudieron ver las llamas de la hoguera, unos paupérrimos fuegos artificiales y el sonido de la gaita y el tamboril de El Mariquelo. Quizá por ello, cuando la lumbre estaba en su apogeo, el respetable comenzó a abandonar el lugar, unos por precaución ante el posible atasco, no cogía un coche en el barrio trastormesino, y otros tantos porque ya no había nada que hacer allí.

Las comparaciones resultan antipáticas, sobre todo cuando el damnificado es el Ayuntamiento grande, en este caso el de Salamanca, en paralelo con el pequeño, el de Castellanos de Villiquera. El grande con un presupuesto de más de 180 M€ y el pequeño, con 500.000€.

Pero, en la misma noche que tocaba El Mariquelo para ediles, entre ellos la concejala de Tradiciones, y los privilegiados que estaban próximos a la hoguera de San Juan en Salamanca. En el pueblo vecino, Castellanos de Villiquera, a unos 10 km de la capital, desplegaba toda su energía, vitalidad y decibelios la orquesta Panorama, una de las más seguidas por sus fieles admiradores.

En Castellanos de Villiquera, un fiestón en toda regla para festejar el inicio del verano, celebrar a San Juan y pasar una noche inolvidable. Los vecinos capitalino que se acercó a ver la hoguera, como mucho pudieron pedirle a miembros de la organización que depositaran los papelitos con sus deseos para quemarlo en la hoguera.

Antes que las llamas llegaron a su cénit, se estaban despejando las laderas de los miles de salmantinos que se habían acercado hasta El Zurguén. ¡Vaya panorama! Ni un baile para celebrar a San Juan en la capital.

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