Teresa Romero abandona el hospital con elegancia

Teresa Romero, poco antes de salir del hospital Carlos III de Madrid.

Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se contagió del ébola mientras atendía al misionero García Viejo en el hospital Carlos II de Madrid, recibió el alta este miércoles y abandonó el centro sanitaria entre el cariño del equipo médico que le ha salvado la vida y sin reproches, ni siquiera a la ministra de Sanidad ni al consejero del ramo de Madrid que le acusó de mentir.

 

«No guardo rencor ni reproches» sentenció ante la prensa antes de salir del hospital, rodeada de sus compañeros y de parte del equipo médico que le ha atendido.

Sólo tuvo palabras de cariño y agradecimiento hacia ellos, su marido y su familia, y destacó que «España tiene la mejor sanidad del mundo y un personal abnegado capaz de obrar milagros, pese a la nefasta gestión política».

La auxiliar de enfermería, que quiere irse a ver a su madre a su pueblo de Lugo, ofreció su sangre si puede salvar la vida de algún infectado. «Si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy«, dijo.

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