Un estudio comparativo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre el coste de la factura del agua en 54 ciudades revela la disparidad de políticas tarifarias y, consecuentemente, las enormes diferencias de precios para un mismo consumo.
Así, para un consumo anual de 175 m3 de agua, que equivale al de un hogar medio de tres o cuatro personas, el importe oscila entre los 164 euros que pagan los vecinos de Guadalajara y los 520 euros que pagan los de Barcelona. Salamanca tiene el agua más cara de Castilla y León y es donde más subió el año pasado.
En lo que se refiere a Castilla y León, todas las capitales tienen facturas por debajo de la media nacional (306 €/año), aunque hay significativas diferencias entre ellas.
De los 166 €/año en Palencia (la segunda ciudad más barata de las analizadas), pasando por los 196 €/año en Soria y los 199 €/año en Ávila, a los 204 €/año en Burgos, los 220 €/año en León, los 227 €/año en Valladolid, los 263 €/año en Zamora y los 279 €/año en Salamanca y Segovia.
Además, son significativas las subidas de precios en varias ciudades desde 2020: del 11,6% en Salamanca, del 12,3% en Soria y del 13,5% en León para el perfil de consumo seleccionado.
Las diferencias de precio, tanto a nivel regional como nacional, también se explican por la complejidad del sistema de bloques de tarificación: entre dos y ocho bloques distintos dependiendo del consumo del hogar.
Y siguiendo por su disparidad: por ejemplo, el primer bloque, el más económico, puede cubrir entre 24 y 240 m3 de agua al año según la localidad. Si además el coste fijo del agua en el municipio es muy alto, consumir más influye menos en la factura y por lo tanto se desincentiva el ahorro de agua.
Por todo ello, OCU exige al Gobierno y a las comunidades autónomas que impulsen una armonización de las tarifas municipales del agua, de modo que sean transparentes, comparables y sencillas (con tres o cuatro bloques de consumo, como máximo) que garanticen un precio accesible para un consumo básico; al tiempo que penalicen un consumo excesivo de agua.
Pero también exige que se promueva una tarifa reducida y única para los hogares vulnerables, independientemente de la localidad en la que residan, tal y como se explica en la revista Compra Maestra del mes de julio.