Una universidad de Nueva York (EEUU) ha perdido cerca de veinte años de investigación sobre un proyecto de energía solar por un error del conserje del centro. El empleado apagó un congelador donde se almacenaban unas muestras, echándose estas a perder.
El Instituto Politécnico de Rensselaer ha demandado a la empresa contratista del mantenimiento de sus instalaciones por el error de un conserje, que apagó un congelador, destruyendo casi veinte años de investigación sobre la fotosíntesis, un proyecto con “potencial para ser revolucionario” en tecnología solar, según los investigadores. Los demandantes reclaman a la empresa un millón de dólares en concepto de daños.
Este incidente se produjo a finales de 2020, cuando el conserje escuchó unas “alarmas molestas” procedentes del congelador. Tras ello, apagó el aparato pese a la presencia de una nota que pedía no hacerlo, indicando que estaba pendiente de una reparación, según informa la ‘CNN’.
Ahora, el centro universitario ha demandado a la empresa Daigle Cleaning Systems por negligencia. En la denuncia, argumentan que el error del conserje ha causado un daño insalvable en cultivos de células, muestras e investigaciones de los ámbitos de la bioquímica y la energía solar.
Además, añaden que el aparato estaba pendiente de reparación porque se encontraba averiado. Si bien, como era época de pandemia, los técnicos no podían acudir con rapidez, por lo que los investigadores pusieron una nota junto al congelador avisando del mal funcionamiento y pidiendo no apagarlo pese a que saltara la alarma
También señalan que todo lo que había en el interior del aparato debía mantenerse a 80 grados Celsius bajo cero. También aclaran que una variación de tres grados causaría daño a los mismos. Por este motivo, en el momento en que la temperatura se situó en -78 grados, saltaron las alarmas.
Tras ello el conserje, aunque con aparente buena intención, accionó el interruptor de la caja de fusibles, pensando que no llegaba electricidad al congelador. Sin embargo, lo que consiguió fue apagar el aparato y que la temperatura subiese a -32 grados, detalla ‘The Washington Post’.
