En los últimos años se ha expandido por diferentes ciudades a nivel mundial un proyecto del artista alemán Aram Bartholl. Esto se conoce como Dead Drops y consiste en incrustar USB en las paredes de las ciudades.
Todo comenzó en 2010, cuando Bartholl incrustó 5 pendrives en Nueva York (EEUU). Si bien, actualmente la cifra total de USB asciende a 2.263 por todo el mundo, y de los cuales 13 están en España, concretamente en Madrid.
El objetivo de ‘USB Dead Drop’ consistía en fomentar el intercambio de archivos entre usuarios de forma anónima y sin tener que recurrir a internet. Además, el creador animó a que otros usuarios siguieran su ejemplo, colocando pendrives en lugares públicos por todo el mundo.
Aquellos que quieran seguir el ejemplo de Bartholl deben seguir unas normas , detalladas en la web del proyecto. Por un lado, con un USB de la capacidad que deseen, tienen que quitarle la carcasa de plástico, envolver con una cinta los componentes electrónicos e introducir el pendrive e introducir los archivos deseados en la memoria.
Posteriormente, el dispositivo se coloca en el hueco de una pared en la vía pública, a una altura que permita conectarse sin necesidad de emplear cables. También tendrán que detallar en la web del proyecto la capacidad de almacenamiento de la memoria, la ubicación del USB, el país, la calle y las coordenadas del lugar, así como adjuntar tres fotografías de la ubicación.
Una vez completado todo, los usuarios podrán conectarse a esos dispositivos y comprobar los archivos que contienen para copiarlos a su ordenador o móvil si le resulta interesante. Asimismo, también pueden alojar documentos propios en esa memoria. Pese a todo, aquellos que se conecten deberían tener un antivirus en su dispositivo, ya que existe la posibilidad de que hackers hayan introducido códigos maliciosos previamente.
