A medida que se acercan las elecciones, y sin querer menospreciar otros derechos muy importantes que están en juego (libertades, educación, vivienda, pensiones, etc.), no puedo por menos que pensar con preocupación acerca del futuro de la sanidad pública, dependiendo de quién las gane.
A la hora de votar deberíamos tener presente que, con sus virtudes y defectos, la sanidad pública nos garantiza a todos una asistencia de calidad y, además, gratuita. Hay que tener en cuenta también que la asistencia sanitaria es muy cara y que usted ahora no la paga, a diferencia de lo que ocurre en muchos países, porque la paga el estado. Por todo ello, hay que defenderla y en el momento actual toca preservarla votando.
Hablemos del coste de algunas de las prestaciones de la sanidad pública más comúnmente utilizadas. Una primera consulta de atención primaria en su centro de salud cuesta 115 € y si incluye pruebas diagnósticas sencillas 91,20 €. Pero, si usted tiene un problema urgente grave que requiere su traslado al hospital, una ambulancia asistida cuesta 364 €. La posterior consulta en Urgencias otros 175 €.
Que nos atienda el médico especialista del hospital cuesta hasta 200 €, que nos hagan pruebas diagnósticas sencillas como unos análisis, una radiografía, una ecografía o un TAC, también cuestan dinero. Una mamografía, por ejemplo 350 €. Obviamente, otras pruebas diagnósticas más complejas cuestan más dinero aún.
Pasar una noche ingresado en el hospital son 986 € (los ingresos suelen tener una duración media de 6 días). Que nos coloquen un marcapasos 11.396 €. El coste de un parto sin complicaciones es de 2.700 €, y una cesárea 3.483 €, pero si se complica el parto su coste puede llegar hasta los 11.000 €.
Si tiene usted una insuficiencia renal crónica la hemodiálisis supone 3.610 € al mes. Un asmático cuesta de media a la sanidad pública 2.700 € al año, el tratamiento de otras enfermedades crónicas puede ser mucho más caro aún ¿Podría usted o su familia pagar un tratamiento que le costase más de 6.000 euros al año? Pues debe conocer que existen numerosos tratamientos que cuestan entre 30.000 y 100.000 € al año.
Que nos operen cuando sea necesario cuesta dinero: un cuarto de hora de quirófano le supone a la sanidad pública 183,51 € y cuanto más compleja sea la intervención quirúrgica cuesta más dinero. Una fractura de cadera 8.739 €, un trasplante de riñón 47.806 €, uno de pulmón o corazón valen entre 120.000 y 135.000 € ¿Podría usted asumir el coste en caso de necesitarlo?
Existe una parte muy importante de ese tipo de atención sanitaria que ni usted ni yo, ni la mayoría de los españoles, podríamos pagar si no existiese la asistencia sanitaria pública. La asistencia sanitaria es cara porque hay que pagar a los profesionales, hay que pagar la tecnología sanitaria que es muy cara y hay que pagar los medicamentos que cada vez son más caros. Para quienes crean que una póliza privada de 50 o 100 euros al mes le va a cubrir todas sus necesidades solo les puedo recordar que nadie da duros a tres pesetas; el objetivo de las aseguradoras privadas es ganar dinero, no cuidar de su salud.
En los países que no disponen de asistencia sanitaria pública, como por ejemplo los Estados Unidos, la aparición de una enfermedad importante significa la ruina de quien la padece y es una de las causas más frecuentes de ruina familiar. En España esos gastos los pagamos todos, usted y yo también, los pagamos de forma solidaria entre todos los ciudadanos a través de los impuestos.
El verdadero problema para usted, para mí y para todos, es que si los partidos políticos que piden bajar impuestos, los que proponen recortar la sanidad pública, llegan al gobierno, van a aplicar sus programas de recortes sociales y todos perderemos. Por eso es tan importante que en las próximas elecciones todos vayamos a votar y que a la hora de emitir el voto sepamos distinguir el trigo de la paja, que no nos dejemos confundir por los vendedores de humo y que votemos pensando en nuestros propios intereses. Entre los míos, y creo que también entre los suyos, uno de los más importantes es que en la asistencia sanitaria no se dé ni un paso atrás y que se refuerce el sistema público, porque todos lo necesitamos algún día, generalmente más pronto que tarde. Por eso, querido lector, disculpe que insista, el día 23 de julio hay que votar y hay que votar sanidad pública.
Si ganan las elecciones los que quieren desmantelarla, cada vez que acuda usted a un servicio sanitario en vez de pedirle la tarjeta sanitaria le pedirán la tarjeta de crédito. Usted vota, usted decide.
PD: los precios que se incluyen en el artículo son los precios públicos por servicios y actividades de naturaleza sanitaria de la Comunidad de Madrid.
2 comentarios en «Votar sanidad pública o pagar por ella. Usted decide»
lo masnormal es que todo esto lo esplicaran los futuros politicos hay muchos que estos articulos no les interesa que se sepan les gusta estar en la sombra y al lado de la privada tambien ocurre que los politicos no tienen ese problema no hace tanto en el fimal del antiguo hospital en urgencias entro un politico sencillamente un golpe con la puerta del coche en dos minutos `+tres traumatologos un monton dr radiografias en total una atencion no conocida y lo digo con conocimiento de causa
¿Pero no te das cuenta que estás comparando el precio al contado del tratamiento en vez de compararlo con el precio del seguro? Si comparas, debes comparar:
– El seguro privado vs coste de las cotizaciones sociales
O bien:
– El coste al contado del tratamiento en la sanidad publica vs el coste al contado del tratamiento en la sanidad privada.
Si lo estudias, verás que es mas barato el seguro privado y de mejor calidad.
También el coste al contado del tratamiento privado.
Caes en el error también de decir que la sanidad pública no la pagamos, que la paga el Estado… ¿De donde crees que saca el dinero el estado? Claro que la pagamos!! Con impuestos. Nada es gratis!