Los coches avisan de problemas en su mecánica a través de múltiples señales, que comprenden desde ruidos, olores o anomalías en su funcionamiento. De esta manera, sabiendo identificarlos, se podrá conocer también qué es lo que podría pasarle al vehículo.
Una de las formas que tienen los coches para alertar de que algo no va bien son los testigos luminosos del cuadro de mandos. Estos, aunque no hay unificación entre las marcas, suelen contar con los mismos símbolos o similares en todos los vehículos. En estos casos, además de saber diferenciar cada uno de ellos, el color del que se iluminan es clave.
Aquellos que se iluminen de color rojo o amarillo son a los que mayor importancia hay que prestar, acudiendo al taller o parando el coche inmediatamente cuando sea del primer color. Por su parte, los testigos blancos, verdes o azules muestran información sobre el vehículo, pero no indican averías.
Otro de los indicadores son los ruidos extraños, más allá de los habituales que produce el vehículo al circular normalmente. Así pues, identificar el momento en que se producen también puede arrojar luz sobre el origen problema. Por ejemplo, si el ruido se produce al accionar el pedal del freno y desaparece al levantar el pie, puede ser que las pastillas de freno estén gastadas.
El color del humo que sale por el tubo de escape también es señal de avería. Cuando es blanco y muy espeso, puede indicar que fallos en el sistema de inyección en los coches diésel o un atasco en el tubo de escape del aceite. Mientras tanto, si es negro se debe a una mala combustión y si es azul o gris, podría indicar diferentes averías, como un mal estado de la junta de culata.
También hay que prestar atención al olor que emite el vehículo, ya que si son raros también pueden indicar problemas. Algunos de los más comunes son los químicos o el de goma y aceite quemados. En caso de percibir algún olor que difiera de lo habitual, se recomienda acudir al taller.
Finalmente, el propio comportamiento del vehículo es otra de las grandes muestras de su estado. De esta manera, cuando no se comporta como siempre, puede ser una señal de que está averiado. Por ejemplo, cuando el coche da tirones durante la marcha puede tener la válvula EGR en mal estado o, si pierde potencia, el turbo o el filtro del aire podrían ser los causantes.