[dropcap]E[/dropcap]n 1981 comenzaron las clases de baile charro impartidas por Raíces Charras, grupo folklórico dirigido magistralmente por Julita Ramos. Se convocaron 600 plazas para chicos y chicas. La oferta se vio superada por 3.404 solicitudes, todas ellas admitidas.
Ante el éxito cosechado se puso en marcha la Escuela Municipal de Danzas “Raíces Charras”. Este grupo colaboró con el Ayuntamiento en cuantos actos oficiales se realizaban, y representó a España en Dublín. El certamen se celebró en el Nacional Concert Hall de la capital de Irlanda, en febrero de 1982. Fue un encuentro de los Institutos Culturales de España, Italia, Alemania y Francia.
Raíces Charras también representó a nuestro país en Coímbra y Oporto, en sus respectivos festivales folklóricos celebrados en 1982. Y como era habitual, participó activamente en las distintas ediciones del Verano Cultural de Salamanca.
En las Navidades de 1980 se expuso en el zaguán del Ayuntamiento el Belén napolitano de las Agustinas. Era la segunda vez que salía de clausura y tuvimos que hacer un seguro para cada una de las figuras expuestas. Agradecí la buena disposición de la comunidad de religiosas agustinas para con el Ayuntamiento.
Para realizar cualquier gestión con el exterior, el convento pedía permiso a la Casa de Alba. Debido a las buenas relaciones conmigo, Jesús y Cayetana lo dieron. El éxito acompañó a la exposición durante los días navideños en que estuvo expuesto. Miles de salmantinos pasaron a verlo, prácticamente toda la ciudad, y algunos varias veces.
Al año siguiente, por las mismas fechas, realizamos otra exposición con los Niños Jesús de los conventos de clausura de la ciudad. Pequeñas tallas de los siglos XVI al XVIII procedentes de las Úrsulas, Agustinas, Franciscas Descalzas y Santa Clara, en total 23 piezas de una gran belleza. Las monjas hacían vestidos para las imágenes que variaban dependiendo del tiempo litúrgico.
En la Semana Santa de 1982 se expuso en el Zaguán la Sábana Santa de las Agustinas, guardada en clausura desde 1665. Poco después de la fundación del convento por los condes de Monterrey la madre priora, sor Margarita de la Ascensión, solicitó por carta a la reina Margarita de Austria una réplica de la Sábana Santa de Turín, y la soberana accedió a donar al convento tan preciada reliquia.
Humberto de Saboya visitó las Agustinas para ver la réplica de la Sábana Santa en agosto de 1963. Al comprobar que las monjas guardaban tan preciosa reliquia en una caja de cartón regaló a la comunidad otra de cuero para resguardarla de cualquier incidencia.
La Sábana Santa de las agustinas se ha expuesto dos veces, una en la capilla del Perpetuo Socorro, en la iglesia del convento, y otra en el zaguán del Ayuntamiento. Se expuso entre cristales, y así se pudo ver el sudario de Cristo por los dos lados.