La muerte del infante Alfonso de Borbón, hermano de Juan Carlos I, sigue rodeada de misterio y con las causas aún sin esclarecer casi siete décadas después. Sobre el incidente hay varias versiones, a la que se suma una nueva, explicada por un testigo de lo ocurrido.
El 29 de marzo de 1956 la familia real española se encontraba en el exilio en Estoril (Portugal). Ese día, Jueves Santo, en torno a las ocho y media de la tarde, el infante Alfonso de Borbón moría en el domicilio familiar a los 14 años por una herida de bala en la cabeza. Al parecer, Alfonso y Juan Carlos estaban practicando puntería con un revólver de calibre 22 cuando el arma se disparó.
Sin embargo, casi siete décadas después, no se sabe lo que ocurrió exactamente y son varias las versiones del incidente. La última de ellas, la de Víctor Manuel de Saboya, hijo del último rey de Italia, que la expone en la docuserie de Netflix ‘El príncipe que nunca reinó’, tal y como recoge El País.
Por un lado, el historiador británico e hispanista Paul Preston recoge la versión oficial franquista en su libro ‘Juan Carlos, el rey de un pueblo’. El 30 de marzo de 1956, la embajada española en Lisboa emitió el siguiente comunicado por orden de Francisco Franco: “Mientras su Alteza el infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y la mató en pocos minutos”.
La prensa italiana, por su parte, aseguraba que Juan Carlos era quien sostenía el arma y tenía el dedo en el gatillo cuando esta se disparó. Mientras tanto, la madre de Juan Carlos y Alfonso, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, contradijo en su autobiografía la versión franquista, aunque ni confirmaba ni desmentía que era Juan Carlos quien sostenía el arma. Años más tarde, habría confesado a su modista que fue su hijo mayor quien apuntó en broma a su hermano y disparó sin percatarse de que el arma estaba cargada.
Otra de las versiones es la que contó el propio Juan Carlos de Borbón a Bernardo Arnoso, un amigo portugués. Según el rey emérito, ocurrió lo que afirmaba su madre, pero él añadía el matiz de que la bala rebotó en una pared, impactando después contra su hermano.
Finalmente, la infanta Pilar, hermana de Juan Carlos y de Alfonso, le habría revelado a la escritora griega Helena Matheopoulos que el pequeño infante salió de la habitación para buscar algo de comer y, al volver, empujó la puerta con el hombro -porque tenía las manos ocupadas- golpeando esta en el brazo del posteriormente rey, quien apretó involuntariamente el gatillo cuando la cabeza de su hermano apareció tras la puerta.
Ahora, Víctor Manuel de Saboya, amigo de la infancia de los Borbones y testigo presencial del accidente, ha contado en el documental de Netflix su versión de lo ocurrido. “Yo estuve allí. Estábamos en el exilio y solíamos disparar a tarros y botellas en la playa de Cascais. Juanito (Juan Carlos I) la armó gorda. Le disparó a su hermano y lo mató”.
Sin embargo, aclara que “no le disparó directamente, sino a través del armario. Estuve allí, fue un accidente. Al 100%”. También ha reconocido que, tras ello, “escondí mi arma. Si no, habrían dicho que había sido culpa mía”. “Después de eso, lo llamó Franco. ‘Juanito, vente inmediatamente conmigo a España’. Franco dijo: ‘Lo convertiré en rey’”, añade.