Desde hace casi una década, la asociación salmantina Cajas Solidarias reparte alimentos entre los más necesitados. Los productos se obtienen de donaciones, tanto de particulares y empresas como del Banco de Alimentos. Por su parte, los beneficiarios, en muchos casos, tienen trabajo, sin embargo, se trata de empleos de carácter temporal, precarios o sin contrato.
La residencia universitaria de los agustinos recoletos de Salamanca acoge, los tres primeros sábados de cada mes, los repartos de alimentos a los ciudadanos y familias más necesitados. La encargada de esta acción solidaria es la Asociación de Emergencia Social Cajas Solidarias, que lleva más de nueve años prestando su ayuda a quienes lo requieren.
Desde la residencia han “cedido sus instalaciones de forma totalmente gratuita” a la asociación, explica Javier García, responsable de Cajas Solidarias a La Crónica de Salamanca. “Ahí tenemos el almacén y es donde se realizan los repartos de alimentos. A mayores, contamos con un almacén de ropa, calzado, utensilios para la casa, etc. que nos traen para donar, y a las familias les son de gran ayuda”, añade.
Los repartos de alimentos se llevan realizando “algo más de nueve años” y “nunca hemos parado la actividad desde que empezamos, incluso en tiempos de pandemia”. Las entregas tienen lugar “generalmente los tres primeros sábados de cada mes”, “normalmente en horario de 10:00 a 13:00 horas”. Si bien, matiza que, en verano, “como en agosto muchos voluntarios marchan fuera, adelantamos los correspondientes a ese mes y los hacemos en tres días de julio”.
Para poder acceder a esta ayuda, “los interesados primero tienen que pasar por la trabajadora social del Banco de Alimentos, del Ayuntamiento o de la Diputación. Esta será quien determinará la situación de necesidad y, después, nos los deriva”, señala García, aclarando que, “no atendemos a nadie que no haya sido valorado previamente por una trabajadora social oficial”.
Una vez que se ha obtenido el visto bueno de la trabajadora social, “se le da una cita a la persona o familia necesitada”. “El primer día se firma la tarjeta de citas, el compromiso que deben cumplir, y ya pasan a entrar en el ciclo de citas y de recibir los alimentos de forma periódica”. Además, “las familias están repartidas en tres grupos, por lo que cada una acude el sábado que le toca a por los alimentos”.
Cajas Solidarias lleva a cabo “dos tipos de repartos”. Por un lado, “el de alimentos no perecederos, donde incluimos leche, arroz, legumbres, salsa de tomate, pasta, conservas, galletas, cacao en polvo, etc. y es una vez al mes para cada familia”. A mayores, “de forma semanal repartimos alimentos perecederos, generalmente fruta y verduras”.
En cuanto a las vías que tiene la asociación para obtener los diferentes productos, el responsable enumera tres. “La más importante proviene de la Unión Europea y son los fondos Fega, que nos llegan tres veces al año. Después, mensualmente recibimos un lote que nos envía el Banco de Alimentos de sus recogidas. Y, la última vía, son las donaciones de particulares y empresas”.
Actualmente, Cajas Solidarias atiende a “unas 1.200 personas o familias al mes”. Esta cifra, “fluctúa” dependiendo de cada época y “aunque hace poco hubo una pequeña bajada, ahora ha vuelto a remontar ligeramente”. El principal motivo de estas variaciones es que “atentemos a muchos inmigrantes”. Por tanto, “hay ciertas épocas del año en las que se produce una mayor llegada de inmigrantes a Salamanca, y en esos momentos hay más demanda”.
Finalmente, respecto al perfil de los perceptores, Javier García reconoce que “muchos de ellos personas o familias que, normalmente, tienen trabajos precarios y no llegan a fin de mes”. “Son trabajos puntuales, de temporada, trabajillos por horas… Muchas veces sin contrato. Entonces, no les permite mantenerse para pagar los gastos básicos de la casa y la alimentación”.
Si bien existen programas de ayuda social implementados por el equipo de gobierno de la ciudad y otras organizaciones no gubernamentales como Cáritas, Cruz Roja o el banco de alimentos, su alcance y capacidad son limitados. La demanda supera con creces la oferta, dejando a muchas personas desprotegidas y sin acceso a los servicios necesarios para mejorar su situación.
Ante esta realidad preocupante, es necesario que las autoridades locales y las instituciones pertinentes tomen medidas más contundentes y efectivas. Es fundamental aumentar la inversión en programas de ayuda, ampliando su cobertura y fortaleciendo su capacidad de respuesta.
Asimismo, es crucial fomentar la colaboración entre diferentes actores sociales, incluyendo organizaciones comunitarias y empresas privadas. Solo a través de un esfuerzo conjunto será posible abordar de manera integral el problema de la pobreza y la exclusión social en Salamanca.
Chenche Martín Geleano y su partido POR SALAMANCA han querido reivindicar que estas acciones se lleven a cabo lo antes posible, para garantizar que todas las personas puedan vivir en condiciones dignas y tener igualdad de oportunidades en esta ciudad, patrimonio de la humanidad.
5 comentarios en «Colas por necesidad en Salamanca»
Gracias a la gente de buena voluntad
Este es nuestro País, aquí hemos llegado, y lo que nos espera … LAS COLAS DEL HAMBRE, LA MISERIA Y LA VERGUENZA.
figense yo que pensaba que la salamanca que dibujaban los politicos estos dias pasados donde todo eran parabienes para los salmantinos Estas COLAS creo que estarian muchisimo mejor en la plaza mayor alli en el consistorio y los elegidos repartiendo los alimentos para los necesitados PARA ESO SI NECESITO CONCEJALES ASESORES Y AYUDANTES esos serian una elecion necesaria y con el sueldo actual seguro que no serian necesarios tantos enpujones para estar en las listas
estas son las colas de la verguenza para estos politicos que seguro no las reconocen No me importa ni los nombres ni los apellidos de quien estan lo mas penoso es que algunos tienen un trabajo o una pension y no le llega seguro que por gusto no estan hay Esto es en la ciudad y de los pueblos ¿se acuerda alguien?hay pensiones que no le llega ni para un bocadillo los politicos no se pasean por los pueblos muchos ni los conocen sin embargo las pensiones de los policos con toda su vida en politica no tienen ese miedo con unas pensiones desorbitadas y sin dar un palo al agua en toda su vida cre que la culpa la tenemos los ciudadano con ocho años seria suficientes pero el egoismo les puede
Aquí ya han arreglado las aceras como lo están haciendo ahora en la plaza de Poeta Iglesias