Noticias del Mundo: “La era del calentamiento global ha terminado. Ha llegado la era de la ebullición global. El aire es irrespirable, el calor es insoportable…», ha declarado el secretario general de la Naciones Unidas António Guterres. Este mes de julio ha sido el mes más caluroso a nivel global desde que se tienen registros advierte la Organización Meteorológica Mundial. Un estudio de investigadores de la Universidad de Copenhague publicado en Nature Communication señala que la Corriente Circular del Atlántico (AMOC), clave para el clima podría colapsar hacia mediados de siglo o, potencialmente, en cualquier momento a partir de 2025 si se mantienen las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que tendría graves repercusiones en el clima del Atlántico Norte y del mundo.
El cambio climático es una realidad que exige de gobiernos y ciudadanos un cambio de mentalidad y la implementación urgente de medidas que puedan frenarlo y, en la medida de lo posible, evitar que sigan deteriorando las condiciones en las que vivimos en la tierra los seres humanos y el resto de los seres vivos.
Uno de sus efectos más palpables es el calentamiento global, un fenómeno que podemos observar cada año y que lleva aparejadas numerosas consecuencias, desde los incendios forestales explosivos que estamos sufriendo en los últimos años hasta el aumento de temperaturas que hace más difícil la vida en los distintos territorios.
Para facilitar la vida en las ciudades se están poniendo en marcha grandes transformaciones, desde la restricción al tráfico rodado para mejorar la calidad del aire hasta el fomento de las energías renovables y el autoconsumo energético. Se busca un modelo de ciudad más verde y sostenible, promotor de salud y bienestar y que sirva para afrontar los desafíos del cambio climático.
Salamanca es una ciudad que por sus características invita a sus habitantes o a los turistas que nos visitan a caminar por sus calles, es uno de los grandes atractivos de la ciudad, pero en las horas de calor resulta bastante difícil poder hacerlo. Por ello, la ciudad debe impulsar la creación de espacios verdes que mejoren su habitabilidad, y no me refiero solo a la creación de amplias zonas o corredores verdes, que también, sino al aprovechamiento de todos los espacios y rincones que permitan instalar en los mismos tres elementos esenciales: árboles de sombra, bancos y fuentes públicas.
Las zonas recientemente urbanizadas o que se están urbanizando contemplan ya la dotación de arbolado, más ornamental que de sombra, pero en mi opinión de forma insuficiente. Sobra granito y faltan árboles, faltan muchos árboles, es preciso adoptar un modelo de urbanismo más adaptado a la nueva situación y posiblemente más barato.
Existen pequeños espacios que, sin necesidad de grandes obras, podrían servir para plantar árboles y contribuir al control de la temperatura y hacer mucho más cómoda la vida en la ciudad, especialmente si se acompañan de bancos y fuentes. En algún caso, como la calle Ancha se han situado los bancos entre farolas, separados de los árboles que son los que podrían dar sombra a dichos bancos.
La diferencia entre pasear por calles de Salamanca dotadas de árboles que proyectan sombras y aquellas otras que no tienen árboles es notoria. Es por ello que el Ayuntamiento de Salamanca debería contemplar un plan intensivo de arbolado de la ciudad durante la presente legislatura, un plan que englobe tanto las nuevas urbanizaciones como los espacios que, sin necesidad de grandes cambios, puedan incluir árboles y bancos, y este plan debería incluir el centro de la ciudad y también los barrios.
Otras medidas que están introduciendo otras ciudades como instalar techos y paredes verdes (jardines verticales) pueden contribuir también a rebajar la temperatura y, por supuesto, rodear las ciudades de grandes superficies verdes. En Salamanca el rio Tormes es el verdadero pulmón de la ciudad, pero se deberían estudiar otras posibilidades de crear grandes zonas arboladas en el cinturón de la ciudad, como por ejemplo la vaguada del Arroyo del Zurguén en el sur, aunque las zonas más necesitadas sean las del norte para las que habría que buscar grandes espacios arbolados.
El Ayuntamiento de Salamanca ha puesto en marcha el Plan Especial de Protección de Infraestructura Verde y Biodiversidad (2020-35) y está ejecutando proyectos concretos como LIFE Vía de la Plata y Edusi Tormes+, que contemplan diversas intervenciones y ha recibido el Premio Árbol en el 5º Foro de las Ciudades celebrado en Madrid. Esta es la hoja de ruta a seguir, pero es posible que a la velocidad que avanza el cambio climático y el aumento de las temperaturas sea necesario acelerar la implantación del Plan e, incluso, intensificar la creación de infraestructura verde, es decir extender el mismo a territorios que no contempla. Donde haya espacio hay que plantar árboles, cuantos más mejor.
Se trata, en resumen, tanto de contribuir a frenar el calentamiento global como de aumentar la calidad de vida de los ciudadanos.