Juzbado se convierto por un día en una pequeña ONU, donde personas refugiadas que viven en Salamanca, comparten con los vecinos un día de confraternización.
Este año, personas procedentes de Guatemala, Marruecos, El Salvador, Colombia o Ucrania, que están en proceso de acogida en España, han disfrutado de una paella en comunidad, de un paseo por el pueblo viendo los murales, miradores y museos, y de las piscinas por la tarde.
Además, para que la integración sea más ‘dulce’, han llevado postres de sus países y los han compartido todos en el salón multiusos de Juzbado.