La Audiencia Provincial de Salamanca resolvió “por mutuo disenso” el contrato entre Fibras Textiles Sánchez y Mahupa 1941 S.L. para fabricar mascarillas quirúrgicas durante la pandemia. Se estima parcialmente el recurso de apelación por el que Mahupa requería también a la fábrica textil de Béjar la devolución de parte de la maquinaria utilizada y el material almacenado en las instalaciones de la empresa en la carretera de Valdelacasa, en una de las salidas de Béjar.
El juzgado de Béjar dio la razón en todo a la empresa local Fibras Textiles Sánchez en su pleito con su socia y candidata a comprar la sociedad, Mahupa. En su fallo resolvió el contrato entre ambas dejando en poder de la empresa bejarana toda la maquinaria y la materia prima para fabricar las mascarillas que quedaba en el almacén.
La Audiencia revisa ahora la sentencia y otorga a Mahupa la propiedad de tres máquinas y la materia prima almacenada, al acreditar que eran de su propiedad.
«Debemos considerar que la calificación correcta es la de mutuo disenso en cuanto que ambas mercantiles pretendieron dar término a las relaciones contractuales por la vía de los hechos consumados», explica el fallo de la Audiencia salmantina.
Este calificación otorga al titular del derecho de propiedad la facultad de recuperar la posesión del bien del que se encuentra desposeído de forma ilegítima por parte del poseedor actual y sin título suficiente para esa posesión. En este caso, tres máquinas de Mahupa para fabricar mascarillas y el material necesario para elaborarlas.
Las negociaciones de las partes para la compra de la mercantil Fibras Textiles por parte de Mahupa dieron lugar a la redacción de un contrato de compraventa en marzo de 2020, nueve días después de declararse el estado de alarma.
El contrato no llegó a elevarse a escritura pública en el plazo previsto inicialmente debido al confinamiento decretado a raíz de la pandemia, ni tampoco después debido, según tesis de Mahupa, por desistir Fibras Textiles en vista de la buena evolución que tomó la empresa a raíz de la fabricación y comercialización de mascarillas. Sin embargo, la empresa bejarana dijo que no se cumplió el acuerdo porque Mahupa incumplió sus obligaciones en cuento a la asunción y pago de deudas.
Los balances correspondientes a los ejercicios de 2018 y 2019 , reflejaban una deuda superior a los 800.000 euros y 1.000.000 euros respectivamente, deuda que traía causa de plurales conceptos; deudas a la Seguridad social, Agencia Tributaria, bancos y proveedores.
A lo largo de 2020 las partes se apartaron del contrato incurriendo en incumplimientos graves sustanciales
y consensuados y /o consentidos, revele el fallo judicial.
Uno de ellos estaba directamente relacionado con las mascarillas quirúrgicas que por entonces pagábamos a un euro la unidad pensando que se hacían en Béjar y no era del todo cierto.
La Audiencia considera acreditado que la partes, ambas, apartándose del tenor literal del contenido del
contrato que habían suscrito, en fecha no determinada y en cantidades tampoco determinadas, «pero muy
importantes», introdujeron en las instalaciones bejaranas de Fibras Textiles Sánchez -el fabricante según el contrato- «mascarillas no fabricadas por Fibras pero que fueron comercializadas como tales y ello incumpliendo la cláusula 17 del contrato. Y ambas partes también y sin la formalidad exigida en el contrato que obligaba hacer uso de la forma escrita ampliaron el objeto inicial del contrato extendiéndolo cuanto menos a las mascarillas FFP». De momento sin el 2 al final, que garantizaban mayor protección.
Durante el juicio se desveló una comunicación vía correo electrónico entre abogados en la que se explicaba lo siguiente: «… lo que el abogado mandó es que habían comprado mascarillas chinas y las querían meter en cajas de Fibras Textiles y que les dijo que dejaran de hacer esas prácticas…» mientras se tramitaba su licencia para fabricar mascarillas con todas las garantías sanitarias, algo que se produjo a finales de mayo, de modo que «en marzo y abril no fabricaron mascarillas». O sea, que a saber qué nos poníamos por entonces.
Pero al principio no solo venían de China las mascarillas. Las máquinas, o parte de ellas, compradas para fabricar los cubrebocas en Béjar también eran de procedencia china.
El comercial de Mahupa se dedicaba a promocionar la venta de máquinas. Declaró en el juicio que repararon una máquina que estaba en Béjar -comprada en China- a través de una empresa sita en Alcoi, «que la pusieron a punto y le vendieron 12 máquinas, cuatro líneas de 3 por línea. El contrato de compraventa de máquinas se hizo el 27 de mayo de 2020 , pero las maquinas tenían que instalarse en una fábrica de Béjar y se instalaron allí a finales de mayo de 2020 . Primero se instalaron dos máquinas en stock y luego ya el pedido más grande. El montaje llevaba un proceso y estuvieron 8 o 10 días para ponerlas a punto», dijo el comercial que actuaba como intermediario.
El comercial agregó que la empresa de Alcoi era la que hacía el montaje de las máquinas. «Siempre facturaban a Mahupa y Mahupa era la que pagaba todo. No sacaban las máquinas de la fábrica para las reparaciones, solo a finales de julio de 2020 hasta septiembre aprovechando el parón de agosto, y se volvieron a instalar en Fibras Textiles», relató.
De las máquinas que se instalaron en la fábrica de las afueras de Béjar, tres eran de Fibras textiles y cuatro de Mahupa. Que según el contrato de marzo de 2020, el material y todo lo que fuera materia prima lo ponía Mahupa y la mano de obra la aportaba Fibras. Pero eso fue a partir de noviembre de 2020. Hasta entonces, Fibras Textiles dice que fueron ellos quienes pagaron la materia prima gracias a un crédito de la Caixa, con el que compraron tres máquinas. A partir de noviembre ya empezó Mahupa a comprar la materia prima y la que quedó en el almacén cuando las desavenencias llegaron al juzgado es la que en su día el juzgado de Béjar dejó en manos de Fibras Textiles y ahora la Audiencia dice que no, que las cuatro máquinas de Mahupa y el material que pago para fabricar las mascarillas son suyos.
1 comentario en «Nuevo episodio en el culebrón de Mascarillas Béjar»
Poco profesional y muy aprovechados todos los implicados.