Desvelado uno de los secretos más longevos de la Península Ibérica: Encontrada el alma del Marqués de Villena a través de un viejo escrito encontrado en un viejo castillo de la provincia de Salamanca. Este dice así:
Yo, nacido en Torralba de Cuenca, último descendiente del Conde de Barcelona, de madre castellana y padre aragonés, educado en la Corte de Fernando de Aragón, Gran Maestro de la Orden de Calatrava, escritor, traductor de latín, griego y árabe; astrónomo, químico y matemático, proclamo a los cuatro vientos que he sido injustamente tratado por los ignorantes de la historia ya que ni he sido nigromante ni he vendido mi alma al diablo.
Mis libros más importantes, como el Arte Cisoria y los doce trabajos de Hércules, fueron enviados a la hoguera por el mismísimo Juan II de Castilla bajo la influencia del prelado Lope de Barrientos.
Todo ello por criticar acaloradamente al cura de Torresmunitis, pueblo situado entre el Valle de la Osa y del Cañedo, verdadero culpable de mis desdichas, quien definía erróneas posiciones sobre Astronomía. Finalicé uno de nuestros habituales enfrentamientos dialécticos gritando delante de otros muchos prelados que si presumía de saber mucho de las cosas del cielo, de la Tierra estaba más perdido que Lázaro de Tormes en Toledo.
No admitiendo estos hombres de la Iglesia más saberes que los oficiales, fui perseguido y tuve que huir para no ser quemado por hereje como tantos otros.
Mi sombra quedó atrapada en una redoma en la cripta de la Iglesia de San Cebrián de Salamanca pero mis carnes y huesos tuvieron que ser escondidos en el mismísimo Castillo del Buen Amor bajo protección del Sr. de Fonseca, mi amigo, impidiendo ser capturado por una jauría humana que lincharme quería.
Desde entonces, mi sombra y cuerpo se buscan desesperadamente para poder ser juzgado a la entrada del cielo ya que me confieso cristiano viejo y nuevo.
Firmado: Yo, el Marqués de Villena.
Por. José Luis Salamanca.