Los salmantinos echan en falta el bar de la Alamedilla

Este año el bar del parque de la Alamedilla no ha abierto sus puertas como venía siendo habitual. El grupo socialista preguntó en comisión. «Lo que nos dijeron en el PP fue que se había hecho el pliegue de condiciones, en la selección quedaron tres empresas y se había otorgado a una de ellas. También informaron que no sería la empresa anterior. Esa es la única contestación», matiza María García. Los usuarios del parque notan la falta de este servicio.  

Por. Jorge González y Lira Félix

Entre los afectados, predomina la clientela de mayor edad, que era uno de grupo de población que más frecuenta el parque y el bar, cuando estaba abierto. Uno de ellos es Pepe, quien explica que acude a La Alamedilla “diariamente”, “y solía ir al bar de vez en cuando. Ahora, cuando me apetece tomar algo me tengo que ir a alguno de los otros bares de la zona, pero no es lo mismo, claro”, lamenta, apuntando que “es un negocio muy bueno”.

Entre lo que comentan los jubilados en el parque, Pepe hace un resumen y asegura que el hecho de que no haya abierto el bar se debe a que “el Ayuntamiento se pasa”. “Han puesto un precio muy alto para la renta y nadie lo coge. Además, el contrato es por seis meses y, como dicen que hay que hacer reformas, nadie va a cogerlo para hacer la obra y que a los seis meses tengan que irse”.

Por su parte, Andrés denuncia que, “a la gente como yo, que ya nos cuesta caminar, nos afecta bastante”. Este hombre, de avanzada edad y que camina “despacito y con mucho trabajo”, confiesa que “yo ya no me tomo el café, porque el bar está cerrado y para mí los otros establecimientos de la zona se me hacen muy lejanos”, añadiendo que “también lo notamos cuando tenemos que ir al servicio”.

En esta misma línea, Fernando recuerda que “en el parque no había servicios más que los del bar”, lo que “se nota para los que tenemos que ir a orinar a menudo”. Este pensionista también hace hincapié en que, “no abrir el bar también perjudica a muchas familias que vivían de este negocio. Entre la cocina, los helados, la terraza… de eso vivían siete u ocho familias tranquilamente”.

José se reúne con sus amigos “casi todas las mañanas” en los bancos del parque, “nos juntamos, hablamos de nuestras cosas, y antes nos tomábamos el café en el bar. Ahora hacemos lo mismo, pero para el café tenemos que ir a otro sitio”. Así pues, “el cierre nos ha afectado porque estaba ahí la terraza, donde se está muy bien y se está fresquito, y te podías sentar tranquilamente para tomar algo a gusto”.

Entre el público de menor edad, aunque menos frecuente que los jubilados, también se está dejando notar la ausencia del bar. Elena señala que ella se sienta “en alguno de los bancos del parque alguna mañana, durante el rato de descanso de mi trabajo. Antes también me solía tomar algo en la terraza cuando me apetecía, pero ahora, solo bajo a sentarme y vengo con el café ya tomado”.

Las familias que acuden con sus hijos o nietos al parque también reconocen sentirse perjudicados. “Yo me tomaba algo algunas tardes, muchas veces con las niñas y la familia. Es una pena que no haya abierto el bar este año. Los niños pueden estar jugando en el parque o la fuente y los padres podíamos sentarnos en la terraza mientras los vigilamos”, lamenta Julia, indicando que también “era muy útil para cuando teníamos que comprar una botella de agua o ir al baño”.

Nely también echa “mucho de menos el bar”, pero, en su caso especialmente por “el ambiente”. “En la terraza se sentaba mucho la gente mayor que, en muchos casos, no podía ir a otro sitio”. Sin embargo, en su caso particular, aunque acude “algunos días” con su pequeño, asegura que “no me afecta mucho, porque no solía ir demasiado”. “Pero se nota el venir al parque y verlo más vacío”, zanja.

Finalmente, también están aquellos a los que les “da igual” que no se abra el bar, como es el caso de Jesús, un octogenario que afirma, “no iba nunca”. “Yo solo vengo al parque de vez en cuando y me siento en algún banco a echar la mañana”, concluye.

«Esa es la única contestación»

El partido Socialista preguntó en comisión por la apertura del bar de La Alamedilla a principios del mes de julio, porque muchas familias les habían preguntado por este tema al no entender el cierre de las instalaciones. Al igual que han compartido muchos de los encuestados, a los socialistas, estas familias les habían indicado que suponía tranquilidad para ello. Además de tomar algo al aire libre y estar pendiente de los niños mientras juegan en la fuente de chorros.

«La contestación que nos dieron en el PP fue que se había hecho el pliegue de condiciones, en la selección quedaron tres empresas y se había otorgado y que no sería la empresa anterior. Esa es la única contestación», matiza María García, concejala socialista de Salamanca.

No quedó satisfecha con la respuesta y les pidió que «activaran la oferta porque lo estaba demandando la ciudadanía. Por otro lado, no entendíamos porque no se habían hecho las cosas con antelación, sabiendo que venía un verano caluroso. La inoperancia y falta de organización del gobierno del PP en el Ayuntamiento de Salamanca es grande», puntualiza García.

Desde el PSOE creen que los populares han estado más inmersos en las elecciones, primero municipales y luego nacionales, que en seguir actualizando la vida de Salamanca. «No sabemos si con intención o sin ella. Tenemos sospechas y lanzamos esta pregunta: ¿Qué intención tiene el Ayuntamiento de Salamanca de no haber puesto a disposición de los salmantinos este servicio, cuando ya había un pliego aprobado?», pregunta la concejala socialista.

María, ¿Qué cree que ha ocurrido, porque el PP siempre aboga por ayudar a emprendedores y fomentar el empleo?
No sabemos. Pero, sería una manera de prestar servicio, ayudar a una empresa y colaborar a crear empleo. Por ello, nos parece una irresponsabilidad bastante grande esta dejadez por parte del gobierno del PP en el Ayuntamiento de Salamanca.