Está presente en muchos espacios y contenidos que se consumen durante el día a día. La imprenta revolucionó las relaciones sociales y económicas en el Siglo XV y hoy en día se conserva como una acción esencial para muchos sectores empresariales. La transformación de este arte, durante casi seis siglos, ha sido extraordinaria, especialmente durante el periodo más reciente, cuando empresas del sector se han posicionado en internet para ofrecer sus servicios de impresión. La tecnología y los usos también han cambiado.
La imprenta va asociada al nombre de Johannes Gutenberg, un orfebre alemán que en 1440 inventó la primera máquina para imprimir papel. Su idea nació a partir del objetivo de realizar una copia de la Biblia en poco tiempo, como alternativa a la transcripción manual. Lo consiguió y su máquina se presentó a Europa como la mejor herramienta para hacer copias de textos. Los libros fueron el producto que más se benefició de este avance y durante los siguientes treinta años empezaron a copiarse muchas obras para ser distribuidas por otros países del continente europeo. El interés de las editoriales italianas por los resultados de la imprenta fue clave. A día de hoy, más de 580 años después de que Gutenberg inventara esta técnica, la imprenta ofrece muchos datos y curiosidades.
La transformación online
Los establecimientos para realizar impresiones llevan muchos años en las calles, si bien recientemente se han producido cambios notables en ese sentido. El negocio ha salido del mundo físico para adentrarse en el espacio online. El público puede encontrar ahora imprentas que trabajan únicamente en Internet. Así es el caso por ejemplo de SOLOIMPRENTA, uno de los referentes del sector. Son sitios web o aplicaciones que recogen la petición del cliente y la convierten a papel o a otros formatos solicitados. Esta oferta supone un gran avance con respecto al método tradicional, ya que la persona que necesita este servicio no tiene que salir de casa para contratarlo.
Estas plataformas especializadas ofrecen las condiciones óptimas para que el usuario indique con precisión qué tipo de impresión quiere realizar: número de copias, tipo de papel u otra superficie, diseño, dirección de envío, etc. El cliente, además, puede ver el resultado de su demanda, antes de confirmar el envío para imprimir. Significa una propuesta muy interesante, pues permite ahorrar tiempo al contratante, que no tiene que desplazarse, y ofrece un enorme escaparate para que éste conozca todas las posibilidades de impresión disponibles.
Principales usos: temporada de verano
El uso tradicional de la imprenta ha estado asociado a los libros, ya que ha sido un negocio que ha dado muchos frutos durante el siglo XX y las primeras décadas del XXI. Además, hasta las últimas décadas, no era habitual ver una impresora en un domicilio particular, y mucho menos una máquina de gran tamaño para trabajos superiores. La impresión de libros ha ido reduciéndose con motivo de la digitalización del sector, mientras que de forma paralela ha aumentado las copias en otros formatos.
En este contexto, el verano no es una época de descanso para las imprentas. Antes al contrario, al aproximarse esta época del año aumenta la petición de entradas para conciertos, festivales y otros eventos que requieren de documentos imprimidos. Entre otros, requieren una amplia distribución de cartelería para informar al público sobre su existencia. Todavía el público se acerca a las taquillas para comprar o recoger sus tickets y estos deben ser extraídos en papel. Los folletos turísticos o las invitaciones para bodas son también necesidades típicas del verano que solo se cubren con un trabajo de impresión.
Datos: libros copiados
Calcular cuántas impresiones se realizan anualmente en un país como España resulta inverosímil, ya que cualquier persona puede realizar una impresión en su casa, sin que esa información sea pública. Sí que podemos conocer en cambio el número de libros editados, pues se enmarca en una industria cuyos resultados sí que son de información pública. En 2021 hubo 198,13 millones de ejemplares impresos, de los cuales un total de 174,1 se vendieron al público. Esta cifra aumenta notablemente a nivel mundial hasta superar los 5.000 millones, según datos de la UNESCO. Esta demanda requiere de una potente industria de la impresión, por lo que no sería posible sin los grandes avances tecnológicos que ha experimentado esta técnica durante los últimos años.
Sabemos cuántos libros se editan anualmente a escala mundial, pero ¿cuál es el libro más copiado en la Historia de la Humanidad? Gutenberg no iba mal encaminado cuando decidió que quería hacer una copia de la Biblia en un tiempo récord. Tras la suya, se han copiado más de 4.000 millones de unidades. Entre las obras más copiadas, además, están El Quijote de Miguel de Cervantes o las aventuras de Harry Potter, escritas por la escritora británica J.K. Rowling. Obras infantiles como El Principito o Alicia en el País de las Maravillas también cubren las primeras posiciones.
El libro electrónico
Por último, los avances tecnológicos han abierto una vía alternativa a la impresión física, que coexiste con esta. Tanto la prensa como el libro electrónico han entrado con fuerza en nuestras vidas, como atestigua una reciente encuesta en España en la que el 36 % de las personas que leen libros declaraban hacerlo en el formato digital. Existe además un proyecto, el proyecto Gutenberg, que desde los años 70 del pasado siglo viene digitalizando toda clase de libros, mayormente del dominio público, para ofrecerlos gratuitamente a todo el mundo a través de internet. A día de hoy atesora un catálogo de más de 70.000 libros, en diversos idiomas.