Una imagen común, especialmente en las películas y cada vez más en la vida real, es la de los agentes de policía tocando la parte trasera de los vehículos cuando los detienen en la vía pública. La explicación a este gesto tiene su origen en Estados Unidos, como un protocolo de seguridad.
En algunas ocasiones, al aproximarse a un coche al que han dado el alto, los agentes tocan con su mano derecha la parte trasera del mismo. Este gesto se corresponde con un protocolo que deben seguir los policías estadounidenses, especialmente cuando patrullan en solitario.
De esta manera, al acercarse al vehículo por el lateral en el que está el conductor, tocan la parte del maletero. Con ello, por un lado, comprueban que este se encuentra cerrado, evitando que alguien pueda salir del interior. Además, existe otro motivo, también relacionado con la seguridad del agente.
Al tocar con sus dedos el vehículo, los agentes dejan sus huellas dactilares sobre la chapa. Gracias a esto, en caso de producirse un ataque contra ellos, se podrá relacionar el automóvil con el policía y, por tanto, con el delito en cuestión. Esto, además, será muy útil en los casos en los que no se pueda contar con la declaración del agente.
Por otro lado, las aproximaciones hasta los conductores de los coches detenidos siempre se producen por un lateral dado que, así evitan ser atropellados en caso de que el vehículo arranque o de marcha atrás.