Comienza un nuevo curso académico en la Usal. Durante cursos pasados la Universidad de Salamanca ha conseguido algunos hitos importantes que podemos resumir en dos: Mejorar su posición en los principales rankings internacionales e incrementar el número de alumnos que se matriculan en la misma, tanto en los cursos ordinarios de grado y postgrado como en los cursos internacionales. También es un éxito la ampliación de la oferta de nuevas titulaciones propias y master y mantener entre sus centros la Escuela de Policía de Ávila.
Obviamente existen viejos/nuevos retos por conseguir entre los que la financiación figura en lugar destacado. La USAL debe conseguir de la Junta de Castilla y León y del Gobierno de España una financiación adecuada para seguir creciendo, en cantidad y en calidad. Es fundamental que ambos gobiernos entiendan la importancia de la Universidad de Salamanca y el prestigio que tiene a nivel nacional e internacional, cosa que ninguno de ambos gobiernos parece entender, o al menos eso se desprende del trato que le dispensan. Es de justicia que, independientemente del signo político de cada uno de ellos, apoyen a la Usal conforme a los méritos que tiene y, desde luego, es igualmente fundamental que no la discriminen respecto a otras universidades públicas y privadas que, con mucho menos merecimiento, reciben un trato de privilegio. Ejemplos recientes tenemos al respecto.
Si bien los rankings se basan fundamentalmente en la actividad investigadora, de la que también se deriva financiación, no es menos cierto que la actividad básica, fundamental, es impartir una docencia de calidad. La base de la enseñanza tiene lugar más en las aulas y laboratorios de prácticas que en los laboratorios de investigación. La Universidad tiene una misión fundamental que es la transmisión del conocimiento a los alumnos y es en este campo, en el día a día con ellos, donde es fundamental la implicación del profesorado para conseguir una Universidad de excelencia y son los alumnos satisfechos los mejores embajadores que la universidad tiene.
Sin denostar los métodos de enseñanza a distancia, aprendidos durante la pandemia, es preciso ver nuevamente a profesores y alumnos juntos departiendo en la aulas, en los pasillos, en los despachos y, si me apuran hasta en la cafetería. Es preciso volver a poner en primer plano la relación profesor alumno cara a cara, una relación que ha formado parte del quehacer universitario desde siempre y que ha quedado un poco tocada durante y después de la pandemia. Es tiempo de volver a recuperarla.
Miguel Barrueco
Médico y profesor universitario.