Un pueblo sin médico dos semanas

Un pueblo de Salamanca lleva sin médico de Familia casi dos semanas. Cuando van al consultorio se encuentran con un cartel que pone: ‘Médico el 14 de septiembre’. Las personas que viven en este pueblo, de algo más de cien, rondan los ochenta años, con lo que conlleva de achaques, dolores y malestares propios de la edad.

Un caso real. Una mujer que sobrepasa los 85 años sufría fuertes dolores en una pierna. No era la primera vez. Había tomado los analgésico que le había recetado su médico, pero en esta ocasión, no estaban funcionando.

Fue al médico, porque el martes era día de consulta, y se encontró con que este 12 de septiembre no había consulta y el cartel indicativo. La determinación que tomó fue venir a Salamanca a Urgencias, donde la han atendido con entrega.

Este caso ha ocurrido en un pueblo del oeste salmantino, pero es muy probable que haya decenas de casos más en la provincia que no han transcendido, pero el patrón será parecido.

Las localidades pequeñas merman de habitantes en otoño, cada año más. Los censos van decreciendo por las defunciones y porque los vecinos más mayores optan o por ir a una residencia, donde tienen constancia de una atención sanitaria diaria, o por irse cerca de sus hijos, si estos viven fuera del pueblo.

Los pueblos solo se abandonan por falta de servicios. Servicios de primera necesidad, como son los sanitarios, porque los otros, los que dependen de autónomos como panaderos, pescadero, ultramarinos, carnicero,… sí funcionan, porque los vendedores ambulantes no abandonan a sus clientes. No ocurre lo mismo con los servicios públicos.