Opinión

Crónica de un rey salmantino

Medallón de Alfonso XI en la Plaza Mayor.

En 1350, mientras Boccaccio escribía el Decamerón, moría frente a Gibraltar por la peste negra que había llegado de Italia, el rey salmantino Alfonso XI.

Cuando los cristianos salían con su cuerpo para enterrarlo en Sevilla, todos los moros de Gibraltar salieron fuera de la villa y estuvieron muy quedos y no consintieron que ninguno fuese a pelear.

Noble homenaje de silencio que rendían los moros benimerines y nazaríes al insigne adversario caído frente a ellos. Años antes les infligió una derrota sin paliativos en la famosa batalla del Salado. En esa batalla participaron personajes de nuestra historia como Garcilaso de la Vega ‘el joven’, D. Juan Manuel, o el arzobispo de Toledo Gil de Albornoz, que años después fundaría el Colegio de España en Bolonia, cuyo nombre prueba la antigüedad de la nación española.

Nació en Salamanca en 1311 y se casó con su prima María de Portugal con la que tuvo a Pedro I ‘El Cruel’.
Pero a los 17 años se enamoró de una sevillana de su misma edad que estaba casada y al poco quedó viuda. Se llamaba Leonor de Guzmán. Con ella tuvo 10 hijos, uno de ellos Enrique II de Trastámara, ‘el de las mercedes’.

Donizetti escribió la ópera La favorita basada en Dª Leonor de Guzmán. «En fermosura la mas apuesta mujer que había en el reino”. El libreto es de autor francés y la historia se desarrolla precisamente en la España de 1340 cuando Castilla y Portugal se unen durante la batalla del Salado.

Leonor moriría decapitada al poco de morir Alfonso. Fue la venganza de la despechada María de Portugal y de su hijo Pedro.

Enrique II de Trastámara terminaría reinando tras matar a su hermanastro Pedro I. Se valió para ello del famoso Bertrand du Guesclín, el de ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. Finalizaba con Pedro I la casa de Borgoña y comenzaba la de Trastámara.

Salamanca tuvo el honor de ver nacer a este rey, hijo del sevillano Fernando IV ‘El emplazado’ y nieto del vallisoletano Sancho IV ‘El bravo’, bisnieto del toledano Alfonso X ‘El Sabio’, tataranieto del zamorano Fernando III ‘El Santo’, cuarto nieto del zamorano Alfonso IX, quinto nieto del también zamorano Fernando II, sexto nieto del pontevedrés Alfonso VII ‘El Emperador’… Antes de tener la edad para reinar, fue regente su abuela María de Molina.

“Crónica del muy católico Rey D. Alfonso el onceno de este nombre, que venció la batalla del río Salado et ganó las Algeciras… que si por esto no fuera, fuera la segunda destrucción de España”.

 

Hasta el siglo XVIII no se consolida la numeración actual de los reyes de España. En los primeros siglos de la reconquista lo que solían llevar era un sobrenombre, un apodo, como ‘El leproso’, ‘El jorobado’, ‘El malo’… y para los sarracenos no eran reyes de Asturias ni de León, pues se referían a ellos como reyes de Yilliqiya o Galisiya (la gallaecia romana).

Se quejan desde León de que Alfonso IX, al que Salamanca acaba de dedicar un medallón en la Plaza, debería ser Alfonso VIII  y que al existir un coetáneo Alfonso VIII de Castilla, ‘El de las Navas’ se produce un salto en la numeración. Olvidan que Alfonso VI ya había sido rey simultáneamente de León y de Castilla y sobre todo olvidan que los primeros Alfonsos lo son del reino de Asturias y no del aun inexistente reino de León que después sigue de forma natural la numeración asturiana a la que da continuidad. Alfonso IV de León ‘El monje’, lleva ese número porque antes existió Alfonso I de Asturias ‘El católico’ o Alfonso II de Asturias ‘El casto’.

Alfonso IX nació después de Alfonso VIII de Castilla el de las Navas de Tolosa y su numeración sigue a la de este gran Rey dada la inexorable tendencia a la unidad de ambos reinos que después cristalizaría en la unión de todos los reinos cristianos de la nación española. Enseguida vendría Alfonso X ‘El Sabio’ que ya no es rey ni de León ni de Castilla, pues es rey de una entidad superior, llamada Corona de Castilla, que engloba a los antiguos reinos de Asturias, Galicia, León y Castilla misma.

Después del rey sabio vendría nuestro rey salmantino, Alfonso el onceno como aparece en las crónicas, llamado ‘El justiciero’. Pasarían muchos siglos para ver otro Alfonso, que llevaría el ordinal XII y el sobrenombre de ‘El africano”, como rey de España.

Para saber más.

“Crónica de Alfonso el onceno…de los Reyes que reynaron en Castilla y en León” (1787)

Por. José Antonio López Rodríguez. Antiguo alumno de la Universidad de Salamanca.

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