Los futbolistas son más proclives a sufrir demencia

Diferentes estudios han hallado relación entre la aparición de enfermedades neurodegenerativas y la práctica del fútbol. Esto se debe a los daños que sufre el cerebro cuando se produce una conmoción cerebral, pero también ante pequeños impactos, como los remates de cabeza. Por ello, el riesgo de sufrir este tipo de patologías se multiplica por tres en estos profesionales.

El Centro de Referencia Estatal de Alzhéimer (CREA) de Salamanca ha acogido este miércoles una jornada de debate sobre la relación entre el fútbol y la aparición de enfermedades como la demencia o el alzhéimer. En ella han participado los periodistas deportivos Alfredo Relaño y Santiago Segurola, el neurólogo Jesús Porta-Etessam y el neuropsicólogo Enrique Pérez “La idea de esta actividad surge a raíz de leer un artículo que escribió Santiago Segurola en El País titulado ‘La demencia, un problema tabú en el fútbol’”, ha comenzado explicando Pérez, quien ha ejercido como moderador de la mesa.

Con su artículo, escrito tras “la muerte de dos futbolistas a los que había adorado de pequeño”, -Fidel Uriarte y Txetxu Rojo-, ambos por demencia, Segurola pone el foco en la relación entre la práctica del fútbol y la aparición de demencia. “Empecé a leer, y existe este problema”, confiesa. “Todos los estudios que se han hecho encuentran una relación entre el fútbol y los deportes de fricción con la aparición de alzhéimer y este tipo de enfermedades”, añade.

En este sentido hace referencia a un estudio de la Universidad de Karolinska (Suecia), que ha analizado a “más de 6.000 jugadores de fútbol de un club sueco durante casi un siglo”. “Las cifras son preocupantes, existe la relación, y existe de una forma grave, porque, en general, los futbolistas con 3,5 veces más proclives a sufrir demencias y este tipo de enfermedades respecto al común de las personas”, ha asegurado.

Sobre ello, el doctor Jesús Porta-Etessam, ha explicado que “hay una entidad bastante concreta que es la encefalopatía postraumática crónica, una enfermedad neurodegenerativa que está relacionada directamente con los traumatismos craneales repetitivos, que no tienen por qué ser graves, también pueden ser pequeños traumatismos”, como pueden ser los remates de cabeza en el fútbol.

De esta manera, el neurólogo insiste en que, “bien por las conmociones o bien por los remates de cabeza continos, el movimiento que hace el cerebro en el líquido cefalorraquídeo va a producir pequeñas lesiones”. Asimismo, “a largo plazo tendrá una menor reserva neuronal y un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer y encefalopatía postraumática crónica”.

Ante este panorama y unas “cifras tan preocupantes”, todos los ponentes han coincidido en la importancia de abordar esta cuestión. “Hay que abordarlo desde el momento en que sabes que triplica el riesgo”, apuntaba Alfredo Relaño. Por su parte, Porta hacía hincapié en que “el conocimiento de los riesgos lo debemos tener todos”.

“Aunque no lo diga, el fútbol es consciente de lo que pasa”, reconocía Segurola, añadiendo que “también los jugadores, o no quieren saberlo, o lo saben, pero no desean meterse en un mundo que les inquieta”. “Pediría que seamos realistas y consecuentes y los organismos del fútbol se preocupen”, porque “las consecuencias ya las estamos viendo”.

Por otro lado, el periodista deportivo lamentaba que, “el problema es que el fútbol hasta ahora no ha querido mirar esto porque cuestiona la misma práctica del fútbol”. Además, indicaba que “es un tema tabú en España, no estamos ni en los inicios…”. “El fútbol es una de las industrias más emergentes y que más dinero generan en el siglo XXI”, por ello, “lo que menos necesita es declararse enfermizo” y “no puede permitirse tener mala publicidad”. “Desde el punto de vista de la mercadotecnia es un mensaje muy peligroso”, apuntaba Porta.

Medidas

Con los datos de la mano y sabiendo del riesgo que puede suponer para los futbolistas, tanto los doctores como los periodistas se han mostrado partidarios de la aplicación de una serie de medidas para proteger a los futbolistas. “El fútbol tiene que cuidar de los suyos antes, durante y después de ser profesionales”, zanjaba Segurola.

“El fútbol tiene dinero para afrontar esto, pero le cuesta afrontar lo que afecta a la parte ética”, añadía. En líneas similares, Porta reconocía que “nos cuesta mucho tomar medidas para problemas que afectarán en el futuro”. Si bien Relaño ha expresado que este tipo de acciones “son necesarias” y se ha mostrado convencido de que “llegarán”.

Antes de proponer una serie de medidas concretas, Porta ha querido aclarar que, “el fútbol no es malo. Desde el punto de vista cognitivo es bueno”. “El fútbol no produce demencia”, pero “los remates de cabeza continuos o los traumatismos craneoencefálicos leves son un factor de riesgo para desarrollar demencia”. Por ello, “no todos los futbolistas que rematan de cabeza van a desarrollar demencia”.

Por todo ello, ha propuesto una serie de medidas preventivas, así como otras diagnósticas. En cuanto a las primeras, asegura que se debe ser “absolutamente proteccionista con la infancia”, por lo que apuesta por que “los niños menores de 12 años no deberían rematar de cabeza, porque su cerebro está en desarrollo”, “al igual que se hace en Inglaterra”.

También, “tanto para niños como para adultos”, en caso de sufrir una conmoción, “sacarlos del terreno de juego y que estén por lo menos una semana sin jugar para evitar que sufran otra más”. Esto se debe a que “la repetición de conmociones en el corto plazo va a empeorar el pronóstico” y “será mucho más perjudicial”.

Finalmente, en cuanto a las acciones diagnósticas, se muestra partidario de “realizar test neuropsicológicos a los futbolistas, tanto al principio como al final de la temporada, o tras sufrir una conmoción cerebral, si se da el caso. Incluso realizarles una resonancia craneal también al inicio y al final de cada temporada”.