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Lo que cuesta tener un trabajo para toda la vida en Salamanca

Las oposiciones se suelen sacar a la segunda o tercera convocatoria y cada una cuesta más de mil euros
Varios carteles informando de plazas de empleo público en la academia Darwin

Las oposiciones para acceder a empleos públicos se han convertido en una de las opciones que más demanda están teniendo en los últimos años. Sin embargo, pese al aumento de los aspirantes y a que en algunos casos estén sobrecualificados, estos tienden a ser peor estudiantes y poco constantes.

“En la sociedad se ha asentado un poco la idea de ir hacia el empleo público, el empleo estable. Pero, especialmente en Salamanca, lo que hemos notado en los últimos años es que casi todo el mundo aspira a ser funcionario”. Con estas palabras resume Federico Martín, presidente de CSIF Salamanca el momento que atraviesan los procesos de oposiciones para acceder a puestos en la administración pública.

Por ello, reconoce que “ahora mismo hay un boom en cualquier oposición”. No obstante, tanto Martín como las academias consultadas por La Crónica de Salamanca coinciden en que las más demandadas son “aquellas en las que no se necesita especialización ni cualificación especial, como celadores, personal de servicios, auxiliar administrativo”, así como las de administrativos, funcionarios de prisiones y Justicia.

De todas ellas, las de auxiliar administrativo son unas de las que más interés generan, ya que “salen a menudo” y “tienen una preparación general y la misma base de temario, pero se puede opositar para diferentes organismos, como el Estado, la Junta, los Ayuntamientos, la Usal…”, señalan desde la academia Darwin.

Respecto al coste económico para los opositores, “todo depende del tipo de oposición y del tiempo que requiera en cada caso cada alumno”. Los precios en las academias por cada mes oscilan en horquillas de entre 100 y 150€. Por ello, “quien va a academia, el año le costará de media unos 1.300€ o 1.400€”, señala Martín.

No obstante, “hay mucha diferencia entre unas categorías y otras, porque para algunas oposiciones son necesarias muchas horas y en otras menos, pero también depende del material que se necesite”, aclaran desde la academia Guía. “Dependiendo del número de clases, las horas o el temario, podemos hablar de 50€ al mes, mientras que en otras puede llegar a 300€ o 400€”, apunta Martín.

Pese a ello, todos coinciden en el mayor coste de las categorías superiores (A1 y A2), para puestos como jueces, fiscales, técnicos superiores de la administración del Estado, etc. “Para un opositor que se prepara judicatura e invierte 5 años, al cabo de ese tiempo a lo mejor ha invertido 15.000€”, explica el presidente de CSIF Salamanca.

Entre las más baratas, se encuentran las de categorías inferiores, “especialmente porque requieren menor tiempo”. “Si hablamos de una oposición de celador, si salen en un año pueden suponer unos 1.500€”, indica Martín. En la academia Darwin cifran en “unos 1.000€ las de auxiliares administrativos” y “unos 1.500€ para otras como Policía Nacional o Guardia Civil”, también para el caso de obtenerlas en un año.

Por otro lado, cabe recordar que los derechos de examen rondan cifras cercanas a los 30€ o 40€. Al mismo tiempo, los temarios “también varían mucho dependiendo de cada oposición”. Tal y como aclara Federico Martín, “en el caso de educación, un temario puede estar entre los 300€ y 400€. En otras categorías puede costar, a lo mejor 200€ en las más baratas y 500€ en las caras”.

Los intentos

En lo referido al número de intentos que se requieren para lograr el éxito en unas oposiciones, todas las fuentes consultadas señalan la importancia de varios factores: la preparación, la categoría y el momento. Sobre lo primero, Marín lamenta que, “prácticamente el 50% de los que se presentan a unas oposiciones las han preparado poco o muy poco”.

En cuanto a la categoría, “aunque se piense que en las más bajas es más fácil, hay que tener en cuenta que también hay más competencia, lo que puede complicarlo”, señalan desde Darwin, mientras que en Guía hacen hincapié en que “todas las categorías tienen la misma problemática: se presentan muchos opositores y la cuestión no es aprobar, es lograr la nota suficiente para obtener una plaza”.

Respecto al “momento”, el presidente provincia de CSIF reconoce que, “en los últimos años, cuando se han producido ofertas de empleo público de estabilización, conseguir una plaza ha sido mucho más fácil que entre los años 2015-2017, en los que la oferta de empleo público era bajísima y el número de plazas que se ofertaban era muy limitada”.

En definitiva, “lo normal, de media, suele tardarse entre dos o tres convocatorias en lograrlo. En la primera, alguno las saca; pero en la segunda ya se tienen muchas posibilidades, y en la tercera, todos los que insisten, seguramente la saquen”, afirman en la academia Guía. Si bien, reconocen que, en algunos casos, los opositores “lo dejan y no aguantan ni el curso entero”. También lamenta la “falta de constancia, que es el principal problema. Lo lógico es decir, ‘voy a saco con ello y, si no es el primer año y si no el segundo y si no el tercero’. Pero muchos hacen uno o dos intentos y lo dejan”.

Los opositores

Durante los últimos años, el perfil de los opositores “ha variado claramente”, coinciden. “En los últimos años ha cambiado tanto el volumen como el perfil, variando hacia más edad, pero también a una mayor cualificación y formación para el desempeño de los puestos a los que se oposita”, indican desde Darwin.

En la misma línea, Martín añade que “en muchos casos, los aspirantes están entre los 35 y 45 años. Actualmente, la cuarentena es la edad más preponderante en las oposiciones, a nivel general. También hay muchos candidatos sobrecualificados y muchos de los opositores tienen un nivel formativo que está por encima de los puestos a los que aspiran. Por ejemplo, alrededor del 40-50% de los que se presentan a plazas de auxiliar administrativo son titulados superiores”.

“También ha cambiado en cuanto a la forma de estudio. Antes eran más constantes, más trabajadores. Ahora cada vez el opositor es peor, estudia menos, quieren venir y sacar la oposición ya. Muchos de ellos están acostumbrados a estudiar antes del examen y, en una oposición, o lo llevas al día o es imposible estudiarse 20 temas, por ejemplo, en poco tiempo”.

Finalmente, en lo relativo a la preparación de forma online, la pandemia llevó a que esta modalidad ganase terreno. Ahora, pese a que se está produciendo “una vuelta a lo presencial”, “muchos siguen optando por lo online, porque es más cómodo, lo hacen desde casa”. “Pero claro, hay un problema: que eso puede llevar a que no sigan la preparación y la terminen abandonando”.

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