El seísmo localizado en el municipio leonés de Villamejil, comarca de La Cepeda, registrado a primera hora de la tarde de este sábado con magnitud 4,3 en la escala Ritcher, deja múltiples y variados testimonios a lo largo de toda la provincia, ya que se dejó sentir en numerosas localidades, incluida la capital.
Elena F Gordón / ICAL. El Bierzo, el Páramo, la Montaña Central, la ribera del Órbigo… pocas zonas escaparon a la estela del terremoto vivido a las 14.46 horas, a una profundidad de cinco kilómetros, que también alcanzó a territorio zamorano, en concreto a Benavente y alrededores y llegó además al Principado de Asturias, donde se dejó sentir en localidades como Oviedo, Gijón, y Avilés.
Identificado con claridad por algunas personas, otras muchas no imaginaron inicialmente el origen de una especie de estruendo que provocó inquietud en más de un caso. Flavia, desde el barrio de San Mamés de León, explica que estaba durmiendo, se despertó y creyó que estaba mareada, “pero no”.
Desde un octavo piso de la avenida Alcalde Miguel Castaño de la capital, Víctor notó “que vibraba todo y no sabía si era algo del somier, de la ‘tablet’. Lo noté bastante intenso y no pensé que fuese un terremoto”.
También en la capital, Carlos y Mari Cruz percibieron el temblor. Él, temiendo que pudiera tratarse de vértigo y ella fue corriendo a asomarse a la ventana, imaginando que se podía haber empotrado un coche contra el edificio.
A pocos kilómetros de La Cepeda, en la vega del río Tuerto, en su casa de San Román de la Vega, Adrián y su mujer María se encontraban en la cochera cuando escucharon “un ruido extraño y una vibración” que atribuyeron a que se podía haber caído algo en la casa, pero luego pensaron en la posibilidad de un terremoto. Un compañero de Adrián comentó que en un principio creyó que había reventado una bombona en casa de algún vecino.
Nacho estaba comiendo en San Justo de la Vega con su hermana y su padre. “De repente, tuve la sensación de que se movía todo durante dos segundos, como si pasara al lado de la casa un tren. Salí a la calle, donde estaban mi madre y mi novia y ellas fuera no notaron nada, pero al momento varios vecinos también salieron un poco descolocados, por lo que había ocurrido y ya rápidamente en varios Whatsapp de grupos y amigos se empezó a mover la noticia de que había sido un terremoto”, detalla.
En el Bierzo Alto, vecinos de Folgoso de la Ribera notaron “un ruido y una sensación extraños”, “un armario se puso a temblar” y en otro caso fue una cocina de gas la que “vibró un poco, sin asociarlo a eso al principio”, con el denominador común de un ruido precedente.
En otros lugares la vibración se asoció al paso de un camión de gran tonelaje, pero el trabajo veloz de las redes sociales despejó pronto las incógnitas y teorías diversas para confirmar el terremoto.