El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, inauguró este lunes el nuevo acuartelamiento de la Guardia Civil en la localidad salmantina de Santa Marta de Tormes. Con una inversión de más de 3,1 millones de euros, este cuartel forma parte del Plan de Infraestructuras para la Seguridad aprobado por el Gobierno de España en 2019, dotado con 600 millones de euros.
A.F.G. / ICAL.- A ellos, se suman otros 400 millones dentro del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia para incidir en la recuperación y en la eficiencia energética de las infraestructuras de seguridad.
Un edificio, el nuevo cuartel, que se presenta como un “compromiso con la sostenibilidad” dentro de los objetivos de la Agenda 2030, y como un trabajo hecho en materia de seguridad y de dotar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de las “infraestructuras necesarias para poder prestar un servicio público”.
Al acto de inauguración también asistieron la presidenta del SIEPSE, Mercedes Gallizo; el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones; la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, y el alcalde de Santa Marta, David Mingo, entre otras autoridades.
Grande-Marlaska se refirió a esta obra, cuyo solar fue cedido por el Consistorio municipal en 2008 y la edificación comenzó a principios del pasado año, como una “obligación y un deber de los poderes públicos con las fuerzas y cuerpos de seguridad y con la sociedad en general”. Además, agradeció la cooperación entre instituciones, centrales, autonómicas y locales, para conseguir “mejores resultados”.
Gracias a ello, afirmó poder dotar de “la infraestructura necesaria para que la Guardia Civil pudiera contar con el cuartel necesario para desarrollar mejor su trabajo, para prestar mejor el servicio público, pero también para atender a la ciudadanía correctamente, para que la ciudadanía realmente se vea representada también por sus instituciones”.
La seguridad
A lo largo de su discurso, Fernando Grande-Marlaska se refirió a la seguridad como un “elemento y pilar básico de toda democracia”, ya que sin los medios que la garanticen, los “valores democráticos también corren un riesgo serio y concreto de verse necesariamente afectados”, señaló.
Por ello, afirmó que desde el Ministerio del Interior plantean la seguridad en torno a la dotación de guardias civiles y policías nacionales para “poder responder a todos los desafíos de presente y de futuro”, además de hacer frente a la delincuencia “cada vez más especializada, cada vez más organizada, cada vez más transnacional”. Por ello, mostró su implicación con las ofertas de empleo público con una tasa de reposición de más de un 125 por ciento, con las que lograron recuperar los 13.000 efectivos perdidos por el Ejecutivo anterior, y el dotar de infraestructuras y medios necesarios para que los cuerpos y fuerzas de seguridad puedan realizar su trabajo “con la profesionalidad, la dedicación y la formación necesaria”.
“Este servicio público no sería nada sin los profesionales de la Guardia Civil, que son evidentemente el alma. Este edificio no tiene alma per se, la integran, crean y construyen nuestros hombres y mujeres de la Guardia Civil”, continuó Marlaska, en relación a este puesto compuesto por 59 efectivos que prestan sus servicios a 50.000 personas dentro de 20 municipios y cinco pedanías. “Un edificio es un simple edificio, no es más, pero implica mucho más por todo lo que he tratado de reflejar”, incidió.
2.400 metros cuadrados
La presidenta de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (SIEPSE), Mercedes Gallizo, fue la encargada de presentar el edificio construido en una superficie de 2.400 metros cuadrados y que se une a los acuartelamientos de Fuentesauco (Zamora) y de San Esteban de Gormaz (Soria).
Así, explicó que este edificio consta de tres plantas sobre rasante y una bajo rasante. La planta sótano, que tiene una superficie construida de 863 metros cuadrados, incluye un aparcamiento con 21 plazas, archivo y almacén general, y la zona destinada a cuartos de instalaciones.
En la planta baja se disponen dos accesos independientes al edificio, el acceso principal y otro que lleva directamente a la planta de viviendas. Desde el control de acceso se dispone de una visión directa de la entrada del edificio y también de los vehículos que pueden acceder al recinto. En esta planta están las zonas de atención al público, entre ellas, destacó la destinada a denuncias de violencia de género que incluye una sala independiente para garantizar la privacidad.
En la primera planta se encuentran dos zonas funcionales “claramente diferenciadas”. La primera de ellas está destinada a la zona de despachos que cuentan con una muy “buena iluminación y vistas hacia el exterior de la parcela”. Y la segunda zona incluye los vestuarios. Por último, en la planta segunda se sitúan dos viviendas de los responsables de acuartelamiento.
Gallizo resaltó también la “confortabilidad del nuevo edificio conseguida aplicando criterios y medidas de sostenibilidad y eficiencia energética”. Así, detalló que es un edificio de cero emisiones sin consumo de combustibles fósiles y dispone de una climatización de alta eficiencia por la aerotermia. Entre otros elementos se han colocado paneles fotovoltaicos en cubierta, iluminarias LED con sistema de regulación de iluminación digital.
El edificio ha conseguido un certificado de sostenibilidad verde 3 hojas emitido por Green Building Council de España, que es el organismo que verifica el nivel de sostenibilidad que tienen los edificios. Este criterio, la sostenibilidad y la eficiencia energética “se han convertido en una señal de identidad de la empresa que tengo el honor de presidir”, finalizó.
