Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia y han sido particularmente prevalentes en tiempos turbulentos. La revolución que supuso el descubrimiento e implantación de los antibióticos “creó el espejismo de un rápido final de enfermedades como la sífilis o la gonococia”, pero no ha sido así, ya que a día de hoy sigue aumentando su incidencia, tal y como ha explicado Gabriel Bastida, en el marco del V Congreso de la Sociedad Madrileña de Médicos Generales y de Familia (SEMG Madrid).
El especialista en Urología ha señalado que en la actualidad se está bajando la guardia con respecto a las ITS, por ejemplo, ante la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), debido, entre otros factores, al chemsex o consumo sexualizado de sustancias. “La reciente epidemia de infecciones por Virus Monkeypox -virus del mono- ha puesto de manifiesto de nuevo que microorganismos que previamente no se consideraban típicamente de transmisión sexual pueden pasar a serlo sólo mediante los cambios en desplazamientos y costumbres que experimenta la humanidad”, según Gabriel Bastida.
El también médico de Familia, miembro de la Sociedad Madrileña de Médicos Generales y de Familia (SEMG Madrid), ha informado que en 2020 había 7,1 millones de casos de sífilis en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud OMS. Todo ello, pese a la recomendación de pruebas rápidas para el despistaje de sífilis en mujeres gestantes, especialmente en gestantes de menos de 28 semanas de embarazo y durante el tercer trimestre en mujeres con factores de riesgo.
En una comunicación del Centro Europeo para control de las Enfermedades de Estocolmo, se notificaron 35.039 nuevos casos confirmados de sífilis en 29 Estados miembros de la Unión Europea en 2019, con una tasa bruta de notificación de 7,4 casos por 100.000 habitantes. Las tasas de sífilis notificadas fueron nueve veces más altas en hombres que en mujeres, alcanzando su punto máximo en el grupo de edad masculino de 25 a 34 años (31 casos por 100.000 habitantes). En España, los datos de sífilis que se manejan son de 5.822 casos (88,7% varones) en 2019, lo que supone una tasa de 13,29 casos por 100.000 habitantes. Las cifras se elevan a 30,81 casos en la población de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años.
Bastida también ha puesto el foco en la infección por Neisseria gonorrhoeae, que “sigue siendo hoy en día un importante problema de salud pública”. El urólogo ha explicado que afecta fundamentalmente al epitelio de la uretra, cérvix, recto, orofaringe y conjuntiva. En los casos de afección genital, ésta puede ascender y ser causante de enfermedad inflamatoria pélvica en mujeres y de orquiepididimitis y prostatitis en los varones. Otras complicaciones como infección diseminada, bacteriemia, lesiones cutáneas, artritis y tenosinovitis, perihepatitis (síndrome de Fitz-Hugh Curtis), meningitis o endocarditis no son frecuentes.
“En los últimos años estamos experimentando un incremento continuado en la incidencia de infección gonocócica”, según ha alertado Gabriel Bastida. Los últimos datos publicados de manera global en España reportan una tasa de 28,88/100.000 habitantes en 2019, lo que supone un incremento de un 25,2% con respecto a 2013. La tasa en hombres (79,7%) es superior a la que se observa en las mujeres. La tendencia es creciente para ambos sexos, con un porcentaje anual de cambio un 26,6% en hombres y de un 35,7% en mujeres, y un incremento significativo en todos los grupos de edad.
“El análisis de los datos de los años posteriores nos permitirá valorar el impacto real que esta enfermedad que ha tenido en la pandemia de Covid-19” en palabras del doctor. Por ejemplo, en la experiencia del Hospital Gregorio Marañón, se ha observado un descenso en los casos durante el año 2020 con respecto al año previo (x0,65) y un incremento progresivo posterior (x1,63). En el aspecto terapéutico, la Neisseria gonorrhoeae “es un microorganismo que se ha ido haciendo resistente a las distintas pautas de antimicrobianos empleados a lo largo del tiempo, con lo que las posibilidades de tratamiento son cada vez más reducidas”, ha advertido el doctor Bastida.