[dropcap]T[/dropcap]rebejo llegó a las cincuenta representaciones con “La verdadera y singular historia de la princesa y el dragón”, que tuvieron lugar en el colegio Filiberto Villalobos. Los componentes del taller repartieron entre el público peladillas y barras de regaliz. Trebejo, Tenderete y Agada participaron en enero de 1986 en un ciclo de “Teatro en los Colegios”, organizado por el IME dentro de su programa educativo “El Teatro en la Escuela”. Tenderete actuó en el Colegio Santa Teresa con un cuento de marionetas, “La Tía Lucrecia”. El grupo Agada preparó para las Navidades el espectáculo “Glo, Glo, Glorieta”. En el ciclo intervinieron también grupos de teatro de los Jesuitas, Campo Charro y Molinos del Tormes, en total 17 centros públicos y privados, y 550 escolares fueron los receptores de estos talleres.
Varios grupos teatrales juveniles de La Vega recuperaron para dedicarlo a centro teatral el edificio conocido como “La Torre”, en la plaza del barrio. Intervinieron en la restauración “Trebejo, “La Trótala Compañía” y un taller de marroquinería. Para celebrar el evento montaron una velada de “Café Teatro”. La Torre había sido usufructuada por la Sección Femenina de Salamanca, dependiente de Falange Española. La Policía Municipal certificó que no se había encontrado propietario. Lanzaron un alegato desde el balcón de la Torre para invitar a participar a los habitantes del barrio en lo que denominaron “Teatro Obligatorio”. Desde entonces, la experiencia del Café Teatro ha estado ligada a La Vega y se han celebrado sesiones prácticamente hasta nuestros días, con un público entregado que ponía el cartel de no hay billetes nada más abrir la taquilla.
El Taller Artístico y Cultural de Pizarrales nació en 1976. Suscribió un convenio con el Ayuntamiento para recibir ayudas para la financiación de algunas de sus actividades. Mantenía un sinfín de programas culturales, cursos y talleres, congregando a su alrededor a un gran número de vecinos del barrio obrero más poblado de la ciudad. Analizaban los problemas de su entorno desde la imaginación y la iniciativa personal. Realizaron una intensa labor de animación cultural descentralizada.
Con la ayuda económica del Ayuntamiento pasaron de 13 a 24 talleres. Pusieron en marcha un centro de asistencia a las familias del barrio, unidades de planificación familiar y relaciones interpersonales, gabinetes psicopedagógico y de asistencia jurídica y social. A su alrededor se reunían niños, jóvenes y adultos. Sus creativos talleres fueron de lo más variado: desarrollo infantil, plástica, cuentos, préstamo de libros, animación a la lectura, juego dramático, teatro, marionetas, danza, naturaleza, relatos, reportajes, filmaciones, juegos, dibujo, tapices, arqueología del desperdicio, aventuras, relaciones personales y un largo etcétera.