De Churriguera a Pepe Gotera y Otilio

Tienes mirar dos veces e incluso al alejarte te giras de nuevo para cerciorarte de que lo que acabas de ver es real. Aun así, no das créditos.

Y te vas pensando en quién será el autor de semejante obra. El Ecce homo en nuestra plaza, el principal monumento de Salamanca declarado Bien de Interés Cultural.

De nuevo maltratado y esta vez con una chapuza más propia de Pepe Gotera y Otilio que del monumento de Churriguera, nuestra imagen en el mundo.

Una ñapa de mal gusto que no le haces ni a la caseta del perro, pero que hemos tenido que ver en la Plaza Mayor para salir del paso. Un burdo parche para ver si cuela.

Suscita una enorme curiosidad cómo habrá sido el proceso para tomar esa decisión, y cuántos habrán considerado que era una opción a la altura de un monumento en una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Que no había otra alternativa para arreglar el agujero ocasionado hace dos semanas por el desprendimiento de parte de la estructura. Que algo así no sería un menoscabo a su grandeza de la que ha quedado un poco desprovista.

Si la Unesco se diera un pingüi por aquí igual le daba una vuelta a la actualización de nuestras credenciales como ciudad patrimonio de la humanidad, y ponía a nuestros regidores de cara a la pared y con los brazos en cruz.

No hay forma posible de ser indulgentes con una chapuza de este calibre. ¡Es que han pintado las vigas para dar el pego!, todo un detalle a tener en consideración. Si no fuera por el trapo que asoma por el agujero y que delata la tropelía este pegote se podría haber tirado ahí otro par de siglos o hasta que se nos cayera encima otra parte del artesonado o la cara de vergüenza.

Ya no es que se tomen a cachondeo la Plaza Mayor, que a la vista está con todos los usos inadecuados a los que la someten, sino que les da todo igual y nosotros, también. Cuando alguien decide hacer algo así, tan chusco, es que no tiene un buen concepto sobre nosotros ni sobre la ciudad, de la que parecen estar cansados.

El sueldo lo apuntalan bastante mejor que el artesonado de nuestra querida Plaza Mayor.

Ahora solo hay que esperar a ver cuál será la próxima.