Un anciano llegó al servicio de urgencias de una cabecera de comarca. La conversación que mantuvieron médico y paciente transcurrió en estos términos:
¿Por qué no ha ido antes a su médico y ha venido a urgencias?
Porque el médico no ha venido en toda la semana al pueblo.
¿Podía haber ido a los otros pueblos de referencia?
¿Cómo? Hace años que no conduzco.
¿Pidiéndoselo a un vecino?
Tienen todos más o menos mi edad. Fui a la enfermera el lunes, para tomarme la tensión, pero ese día no estaba enfermo.
¡Hasta para ponerse enfermo hay que tener suerte!
Sí. No le quito la razón, hasta para estar malo, hay que tener suerte. Estamos muy mal atendidos.
No se puede tener todo.
Sí, los de mi edad, que nos quedamos en el pueblo, tenemos que escoger entre el huerto y el médico. No nos dejan tener las dos cosas.
Esta conversación se produjo en el consultorio de urgencias de una cabecera de comarca de Salamanca. El anciano llegó con fiebre, tos y todos los síntomas de una enfermedad respiratoria. Al final tenía Covid, palabra que en los oídos de casi un nonagenarios suena más a óbito que a un catarro fuerte.
La media de edad de los habitantes de estos núcleos pequeños es muy alta, roza los ochenta años, porque la esperanza de vida es larga. Quizá por lo del huerto, porque los servicios sanitarios brillan por su ausencia.
Hay muchas bajas en el personal sanitario que atiende a estos pueblos. Sin olvidar que a veces hay una fiesta en medio de la semana, que coincide con la consulta médica, estas se postponen hasta la semana siguiente. Por lo que con suerte, los pacientes ven a su doctor de cabecera una vez cada quince días, pero hay meses que solo van una vez y con la hora muy controlada, porque tienen que desplazarse para atender a pacientes de otros municipios.
Ni enfermos, ni médicos están bien tratados en la zona rural.
1 comentario en «“En el pueblo hay que tener suerte hasta para ponerse malo”»
las personas mayures no tenemos derecho ha nada estamos estobando