El Teatro Liceo acogerá este fin de semana dos funciones de la obra ‘Adictos’, protagonizada por Lola Herrero, Lola Baldrich y Ana Labordeta. Tres actrices excelentes que interpretan a tres personajes altamente cualificados, valientes y generosos.
Estela Anderson, científica, de extraordinaria inteligencia, pisará la escena encarnada en Lola Herrera. La doctora Soler, jefa del departamento de psiquiatría de un avanzado hospital, tomará cuerpo en Lola Baldrich. Y Eva Landau, reconocida periodista y escritora, recibirá su aliento de Ana Labordeta.
Las tres se lanzan a una aventura social y política, cargada de emociones inesperadas. En una sociedad controlada por el poder, la honestidad paga un precio muy alto, si no eres Adicto al Sistema. Por eso esta obra, escrita por Daniel Dicenta y Juanma Gómez y dirigida por Magüi Mira, trata sobre la verdad frente a la manipulación y la desinformación. La verdad frente a la utilización perversa de los avances de la ciencia y la tecnología.
Adictos surge de la necesidad de abordar una problemática que nos afecta a todos: ¿hasta qué punto estamos sometidos por la tecnología? ¿Somos realmente libres? ¿Qué tipo de sociedad hemos construido? ¿Qué panorama nos plantea el futuro más cercano? Estas cuestiones, que raramente hoy se ven planteadas encima de un escenario, deben confrontarse con el público contemporáneo.
La realidad de Adictos es la de la expansión progresiva de la desinformación. Una ficción cuyos personajes manifiestan inquietudes que nos atañen a todos, cuestionando paradigmas que, hasta ahora, hemos asumido como válidos y ciertos pero que puede que escondan mentiras que estén distorsionando nuestras vidas.
La transformación del personaje de Estela viene a ser una metáfora de la disposición del ser humano para cambiar de actitud. Los autores reivindican a través de este texto la capacidad de reacción del ser humano. El punto de rebeldía que siempre es necesario para que las cosas evolucionen hacia una meta mejor, hacia el horizonte en el que todos podamos disfrutar de una vida tecnológicamente sana y socialmente libre.