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La guapa de Salamanca sopla 80 velas

Charo López se hizo actriz por casualidad, estuvo a punto de tirar la toalla y acabó seduciendo a un país y ganando un Goya
Charo López, en 'Los gozos y las sombras', en 1982.

En Salamanca los mozos le llamaban en sus primeros años La Maizena, porque era dos veces buena, como rezaba la publicidad del producto y porque la cosa no daba para más. Años después todo el país la conocía como La Clara de ‘Los gozos y la sombras’, y este sábado, al soplar las 80 velas, Charo López es la viva imagen de una de las grandes figuras de la escena española y un mito erótico para una generación. Una señora. La guapa de Salamanca, con diferencia. Genio y figura.

 

Llegó al oficio por casualidad. Cuando era veinteañera (se casó con 22 años) su primer marido, que era crítico de cine, le pidió que le acompañara a Barcelona para entrevistar al director Gonzalo Suárez. Los invitó a cenar y el cineasta confesó que acabó seducido por Charo López y esa misma noche le ofreció un papel para su nueva película.

Era profesora de instituto y se lanzó a la aventura de la interpretación en 1967. Dos años después le llamó Luis Buñuel, afincado en París, para hacer de Virgen María “un poco ligera de cascos” para su película La Vía Láctea, pero el sindicato de actores francés no admite a una actriz extranjera que no tiene un nombre en la industria. “Y me vine abajo. Así que empecé mi vida con un gran fracaso”, confesó.

Su carrera discurría con papeles en películas de segunda fila, anodinas, algo que no mejoró durante la transición, cuando se imponía el destape. Ella misma dijo que su trayectoria estaba siendo “gris” y se planteó regresar a las aulas, hasta que todo cambió con su aparición en las series de televisión ‘Fortunata y Jacinta’ y, sobre todo, en 1982 con ‘Los gozos y las sombras’, que supuso una revelación para el gran público y el nacimiento de un mito erótico, gracias a la tórrida escena de la masturbación con la que se ganó a todo el país.

De hecho, a partir de entonces se la conocía popularmente como La Clara, su papel en la serie basada en la novela homónima del escritor Gonzalo Torrente Ballester, ambientada en Galicia durante la Segunda República.

Una serie que también triunfó en Argentina, lo que le permitió desarrollar allí parte de su carrera teatral.

Más adelante se convirtió en actriz y productora de sus propios proyectos en los que explotó su faceta cómica, entre los que destaca el monólogo ‘Tengamos el sexo en paz’.

Tuvo una fructífera trayectoria en el cine, el teatro y la televisión, y recibió el Goya a la mejor actriz en 1997 por su papel en ‘Secretos del corazón’.

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La actriz salmantina Charo López, en 2020. (Ical / Sergio Parra)

En una entrevista concedida en 2012 a un periódico gallego dijo que “ser guapa es un privilegio, pero tener un físico intermedio y no ser ni muy guapa ni muy fea permite hacer papeles de mujeres normales. La calle no está llena de mujeres guapísimas, sino de gente normal. A veces pienso que me hubiera gustado ser más normalilla. Ahora, como ya soy muy mayor, puedo decirlo: he sido guapa. Muy guapa”.

Aunque no lo parezca, es muy tímida y siempre guardó con celo su vida privada. En el documental de Chema de la Peña, ‘Me cuesta hablar de mí’ (2021), confesó que ahora todavía la paran por la calle y le dicen “¡cómo eras!” y que ella los anima a que acaben la frase y digan “¡cómo eras y cómo estás ahora!”.

Genio y figura de Charo López, la guapa de Salamanca, la estudiante de filosofía y letras que se hizo maestra y se convirtió en una de las figuras indiscutibles de la escena española.

2 comentarios en «La guapa de Salamanca sopla 80 velas»

  1. A que espera este ayuntamiento o la junta de C/L a rendir un homenaje como se lo merece está insigne salmantina , o harán lo que han hecho con Farina.

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  2. En Salamanca se hace realidad, por desgracia, el dicho de «que nadie es profeta en su tierra», aquí no damos valor a la gente que vale.

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