Cuatro de sus hijos y su marido están muy pendientes de la evolución de Doña Cayetana
Eugenia, duquesa de Montoro, estaba en París y tenía pensado irse a Los Ángeles y, aunque en un principio, sus hermanos le dijeron que siguiera con sus actividades, ella ha preferido estar junto a su madre en Sevilla, primero en el hospital Quirón Sagrado Corazón y ahora en el palacio de Dueñas, donde fue trasladada anoche la Duquesa de Alba.
Doña Cayetana llevaba ingresada en la UCI del hospital sevillano desde el domingo por la noche. Ahora, y por deseo de la Duquesa, continuará su tratamiento en su casa.
Han pasado cuatro días y la salud de la Duquesa de Alba preocupa a los suyos y a los médicos que han señalado que su pronóstico es reservado debido a su infección pulmonar, aunque su respiración es espontánea.
Los doctores que la atienden, Márquez Vácaro y Ortiz Leyba, son los que están ofreciendo los partes médicos y han informado que «no se puede decir que su vida no corra peligro». Y sus hijos, muy preocupados, siguen la evolución de su madre y acuden al hospital sevillano a diario, excepto Jacobo, conde de Siruela.
Doña Cayetana va camino de los 89 años, los cumplió el pasado 28 de marzo, por lo que cualquier enfermedad es más delicada a esta edad. Por ello, el equipo médico que la atiende señala que pueden aparecer muchas complicaciones. Bien es cierto que Doña Cayetana es una mujer fuerte, prueba de ello es que la fiebre alta ha remitido y que la Duquesa mantiene comunicación con sus médicos.