Las plantillas de los parques y servicios de extinción de la Comunidad suman unos 900 bomberos, pero se necesitarían crear plazas nuevas hasta contar con 2.550 profesionales «para cubrir adecuadamente las necesidades de los parques y servicios de extinción de incendios», según informó este miércoles el sindicato CSI-F.
El incremento de los llamados bomberos voluntarios, que se están impulsando desde algunas administraciones, suponen un riesgo para la calidad y la eficiencia de los servicios de extinción de incendios, que deben contar con personal profesional adecuado, con la formación y la especialización suficiente. En Castilla y León hay unos 500 bomberos voluntarios, pero los profesionales del cuerpo de bomberos reiteran la necesidad de que las administraciones oferten más plazas de bomberos profesionales.
Remarcan que hay que regular las funciones y la actividad de los bomberos voluntarios, y denuncian que algunas administraciones contratan bomberos voluntarios «con el único fin de ahorrar dinero, sin pensar en la calidad del servicio que les compete atender».
Bombero voluntario
CSI-F recuerda que un bombero voluntario podría negarse a seguir una orden, o a intervenir en ciertas condiciones de peligrosidad, sin consecuencias para él; mientras que el bombero profesional está obligado a la obediencia, y a su deber del socorro y auxilio, se ha recordado en el debate.
Asimismo, se ha indicado que el bombero voluntario tiene que actuar bajo las órdenes de los profesionales; o que el seguro que tiene el voluntario no cubre un accidente, si ocurre durante unas prácticas. Un detalle que evidencia “lo que es tener un servicio mal preparado, mal pagado y poco efectivo ante emergencias”, se indicó.