Dos artistas en la calle los Moros

Esquina de la calle Cervantes (antes calle de los Moros) y Carniceros (derecha).

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n los siglos XVII y XVIII, la Universidad de Salamanca poseía tres casas en la esquina de la calle de los Moros con Carniceros. En una de ellas vivieron los famosos escultores cuyo apellido dio nombre a esta última, Carnicero, en singular, sin la s final que ostenta hoy día. También en esa calle vivió Simón Gavilán Tomé, autor de la capilla nueva, la de San Jerónimo, de la Universidad de Salamanca.

En la calle de los Moros se construyó el colegio de San Pelayo. Sus colegiales eran conocidos popularmente como “los verdes”, por ser ese el color de su uniforme. Fue fundado en 1577 por Fernando de Valdés, arzobispo de Sevilla e inquisidor general. El prelado dotó al centro con 6.000 ducados y 25 becas. Frente al colegio se encontraba la iglesia románica de San Pelayo, que también fue demolida para la edificación del colegio de la Compañía de Jesús.

En las inmediaciones se encontraba el colegio de “Niñas Huérfanas”. Se trasladó a la calle Serranos en 1626, a unas casas propiedad de los frailes agustinos, equidistante de la vivienda de los Maldonado y el convento de fray Luis de León.

El primitivo colegio de Huérfanas se vino abajo como consecuencia de la riada de San Policarpo, y no volvió a habitarse. Ya en Serranos, el canónigo Diego de Mora amplió el inmueble, corriendo con los gastos de la obra. Las huérfanas eran admitidas a partir de los siete años, y podían permanecer en el centro hasta los dieciséis. Cada Jueves Santo, el Cabildo de la catedral concedía al colegio 50 dotes para repartirlas entre las asiladas.

— oOo —

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Más artículos relacionados

Te recomendamos

Buscar
Servicios