[dropcap]D[/dropcap]urante los últimos interminables años, la palabra política se ha vuelto sinónimo en nuestro país de muchas cosas feas, pero ninguna significa política. Política es lo que no se hace ahora en España, es lo que está faltando a raudales. Política es lo que alumbró los mejores momentos, y su total ausencia lo que está enterrando nuestro futuro.
Por falta de política se han puesto las cosas como se han puesto en Cataluña. Porque no se puede responder solo con leyes –y menos obligando a quienes las tienen que hacer valer, que se resisten como gato panza arriba- a conflictos que exigen respuestas de mayor calado. Está muy bien decir que se ha violado la legislación vigente, pero mejor habría sido impedir que esa violación se produjera, en vez de reaccionar a renglón pasado tratando de cerrar un boquete que ahora se va a llenar de héroes de pacotilla.
Política no es hurgar en el pasado de los nuevos actores del panorama para ver qué esqueletos esconden en el armario –que está muy bien hacerlo, pero no es política-, sino ofrecer respuestas ideológicas y programáticas a lo que todavía es un magma de indefinición, y hay que decir que en eso le corresponde tomar la iniciativa al principal partido de la izquierda.
Política es decirles a los ciudadanos qué se hará si se gana para poner fin a este panorama de tierra quemada. Pero ya. Se acaba el tiempo.
— oOo —