El Ayuntamiento tiene «prácticamente cerrado» el acuerdo con la diócesis de Salamanca sobre la renovación del contrato de alquiler con opción a compra del edificio que desde 21005 alberga los servicios administrativos y de atención al ciudadano.
De momento, ha reservado 900.000 euros para pagar al Obispado en 2015, una cantidad ostensiblemente superior a los 600.000 euros anuales que desembolsaba cada año desde 2005 en concepto de alquiler.
El nuevo contrato, según dijo el concejal de Hacienda, Fernando Rodríguez, es «una continuidad» pero «en mejores condiciones que el anterior contrato».
El concejal no aclaró si con mejores condiciones para el Obispado o para el Ayuntamiento.
El contrato aún en vigor expira el 31 de diciembre de este año y en 2015 había que pagarle al Obispado 12 millones menos el 30% de los 5,4 millones desembolsados en alquileres hasta ahora (1,6 millones), es decir, 10,4 millones.
2o millones en total
Serían 10,4 más los 5,4 del alquiler, casi 16 millones para el Obispado, a los que habría que sumar los 4 que le costó la reforma al Ayuntamiento, lo que suma un total de casi 20 millones el coste total de la operación para el Consistorio.
Lo que pretendía hacer el Ayuntamiento, para evitar el shock a los salmantinos de anunciar el pago de los 10,4 millones a tocateja, era diluir esa cantidad en mas años de alquiler, con una cuota anual más alta y aumentar, a su vez, el porcentaje a deducir (el 30% del alquiler según el convenio inicial) en el momento de ejecutar la opción de compra.
Un pelotazo enmascarado en una operación de leasing.