El profesor de las Siervas de San José estuvo en Filipinas durante este verano y explicó los proyectos que se estaban realizando gracias a la recaudación de las iniciativas de la ONG Taller de Solidaridad
Chema Payo, profesor de las Siervas de San José, ofreció una charla en el colegio para informar a los alumnos y a sus compañeros de los proyectos que se llevan a cabo en Filipinas gracias a las actividades solidarias que organiza la ONG Taller de Solidaridad. «Les cuento de primera mano la reconstrucción de las viviendas tras el paso del tifón Yolanda, los talleres de costura de los que viven familias enteras y de lo agradecidos que están por tanta ayuda», explicó Payo.
Durante el verano viajó a Filipinas y vio el contraste tan brutal que existe allí entre personas muy ricas y las extremadamente pobres, «casi viven entre cuatro cartones. Tienes grandes centros comerciales y a cien metros personas durmiendo en la acera y sobreviviendo con lo que pueden», matiza el profesor de Las Siervas de San José.
También explicó que la ONG Taller de Solidaridad genera empleo en la zona donde está asentado, ya que ofrecen formación y mercado. «Confeccionan vestimenta religiosa y deportiva. Estos talleres generan trabajo e ingresos para que viva una familia».
Por otra parte, también explicó lo que se había realizado con la recaudación destinada a Proyecto Salvación. Este dinero sirve para construir las casas, colegios y centros arrasadas por el tifón Yolanda. «De momento, vimos casi veinte casas construidas con los cimientos. El problema con el que se encuentran es el transporte, al estar en las islas, todo lo tienen que llevar de un lugar a otro, con el añadido que los árboles y la arena están protegidos, por lo que hay que traerlo de otros lugares y eso es muy costoso y lento», puntualiza Payo.
El profesor se queda con el recibimiento y el agradecimiento de los filipinos, porque gracias a lo recaudado en Salamanca y Zamora, entre otros lugares, están construyendo sus viviendas. «El impacto que tiene el Taller de Solidaridad es muy importante y les llega».
La sensación que se ha traído es la de «cambio. Te genera un impacto tan grande que los problemas cotidianos los relativizas».
Por último, destaca que los niños en Filipinas son «los más felices del mundo. Se lo pasan muy bien, tienen sus dificultades, pero con muy poco son felices. además, la hospitalidad allí es muy grande, te hacen sentir como si estuvieras en casa».