La pobreza y la exclusión social no han dejado de crecer en España ni en Castila y León, y se corre el riesgo de que «unos salgan de este túnel y otros no lo hagan nunca», según explicó este miércoles Raúl Flores, del equipo de estudios de Cáritas Española y partícipe del informe FOESSA de Castilla y León.
Flores señaló que «está demostrado que en tiempos de bonanza no se reduce la pobreza, se estanca, y en tiempos de crisis aumente y corremos el riesgo de que ese aumento se enquiste en la sociedad y acabe formando parte de la estructura social».
En España, la población en exclusión social ha pasado de ser el 16% del total en 2007 al 25% en 2013, mientras que en Castilla y León es un porcentaje menor. Llegó incluso a mejorar la situación en los años 2011 y 2012, pero en 2013 volvió a aumentar la pobreza y ahora tenemos un 16% de los castellanos y leoneses en esa situación extrema (134.000 hogares y 400.000 personas).
Desarrollo
El informe Foessa, además de realizar un diagnóstico de la situación, propone medidas para salir de ella. Una consistiría en que los indicadores de desarrollo no se limiten a solo a reflejar la evolución del PIB, sino que «incluyan indicadores de desigualdad, pobreza y exclusión social».
El otro pilar sería, según Flores, «fortalecer el sistema de protección social y los servicios sociales a través de un sistema que garantice unos ingresos mínimos, al menos para los hogares sin ingresos que están en una situación de exclusión severa, algo que afecta a 42.000 hogares y 128.000 personas en Castilla y León».
Propone, además de las ayudas familiares, un refuerzo de la educación para evitar que los hijos no repitan el patrón de los padres.
