Se colgó el cartel de no hay localidades y el auditorio de Fonseca se quedó pequeño para albergar a todos los socialistas que querían escuchar a Pedro Sánchez
Pedro Sánchez llegó al auditorio de Fonseca escoltado por Manuel Alcántara, Fernando Pablos y Luis Tudanca, pero al entrar en el recinto se encontró con cientos de personas que se han vuelto a ilusionar con el PSOE. Hacía muchos años que no se vivía tanta expectación. Incluso hubo muchas personas que no pudieron acceder, porque por seguridad los asistentes debían estar sentados. Eso sí, al final se levantó un poco la mano y muchos de los que aguardaron impacientes, al final lograron su recompensa y escucharon al líder de los socialistas, aunque fuera de pie.
Durante veinte minutos, Sánchez habló de la crisis de valores, de la económica, de la corrupción, de la Constitución, de la regeneración de los partidos, de volver a escuchar a los ciudadanos, de diálogo y no de monólogos. Todos escucharon con atención las palabras de Sánchez que estuvieron salpicadas con frases de Francisco Tomas y Valiente, de Victoria Kent, de Willy Brandt, de Margaret Thatcher, de Ortega y Gasset,…
Sánchez concluyó su discurso señalando que la política es la actividad más digna a la que un ciudadano puede aspirar. «Esto que estamos haciendo hoy es lo que hicieron los primeros socialistas, el diálogo con los ciudadanos. Hay que volver a escuchar a las personas, hablar con ellas y olvidar el monólogo en el que ha estado inmersa la política durante tanto tiempo».
El auditorio le agradeció el discurso con un fuerte aplauso donde estaba, entre otros, la vieja guardia del PSOE como Jesús Málaga, María García, entre otros, así como los dirigentes actuales Fernándo Pablos, Enrique Cabero, Luis Tudanca, Mª Luz Seijo, rostros conocidos de la televisión como el aventurero Jesús Callejas, del mundo de la empresa como Juan Antonio Martín Mesonero o Benjamín Crespo y mucha gente joven.
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