Sánchez hablo de crisis económica, de valores, de corrupción y de los problemas reales de una sociedad que no se cree a los político en el auditorio de Fonseca que acogió el coloquio organizado por la cátedra de Manuel Alcántara y la Cadena Ser
Pedro Sánchez comenzó su discurso recordando unas palabras de Francisco Tomás y Valiente: «Edificar con la razón, la experiencia histórica y la tolerancia como instrumentos» y desde la razón y la tolerancia se construye una Democracia mejor.
También mencionó a Margaret Thatcher, pero para contradecirla cuando señalaba que la sociedad no existe, que son los individuos. «Creo que lo que existen son los ciudadanos que son los que tienen que tener las palabras, que dependemos unos de otros, que estamos entrelazados en redes, como dice Victoria Kent la confianza es el verdadero tejido de la sociedad», señaló Sánchez.
Con confianza afirmó que «saldremos adelante. Podemos resolver los problemas desde esa razón y esa tolerancia de Tomas y Valiente y recuperemos esa confianza en los que nos gobiernan, para que piensen en el interés general y no en el suyo. Ningún futuro puede construirse desde el temor o la desconfianza. Hay que cultivar esa confianza, porque a mi juicio es el pilar esencial de la Democracia».
También señaló que vivimos un tiempo de cambios, «pero no podemos gobernar con ideas rápidas y de consumo inmediato. Es cierto, que han pasado demasiadas cosas en los últimos años y que la crisis ha ocupado todo el espacio, pero me pregunto si antes de la crisis no se germinó lo que ha traído como consecuencia esta crisis, si antes de la crisis económica y política no hubo una crisis de valores, que poco a poco, fue dinamitando esa confianza que son el reflejo de la sociedad. Había un individualismo extremo, el culto al dinero rápido y la erosión a la solidaridad. Hablamos de que estaba tocado el corazón mismo de la Democracia».
Dinero B y cuentas en paraísos fiscales
No olvidó en su discurso a las personas que tienen cuentas de dinero B. «Mientras mi generación tiene hipotecada su vida por la burbuja inmobiliaria, siento asco por los que se llevan su dinero a los paraísos fiscales, mientras hay miles y miles de personas desahuciadas y se quedan sin techo a consecuencia de la crisis inmobiliaria. Hay cosas que no son ilegales, pero son inmorales», apuntó Sánchez.
«Hoy los ciudadanos se sienten engañados y desamparados y han visto que sus sacrificios no les compensan, que los esfuerzos que han hecho tampoco, ni a sus hijos, ni a sus nietos. Saben que les han pedido esfuerzo y les han cambiado su modelo de vida sin consultarles. Ya saben que el trabajo que tendrán, cuando lo tengan, será precario, ya saben que la sanidad y los seguros sociales están en tela de juicio. Eso significa que el modelo justo y solidario en el que habían creído y habían contribuido la mayoría de los españoles no lo van a disfrutar. Nadie debe sorprenderse de que exista una crisis de valores en esta sociedad», puntualizó Sánchez.
También recurrió a una frase del canciller alemán Willy Brandt que aseguraba que los problemas de la Democracia se resuelven con más Democracia. Sánchez quiere acotar la financiación privada de los partidos políticos, garantizar la independencia de los organismos y recuperar la confianza en los políticos.
La corrupción
Por supuesto, habló de corrupción, que es un problema que atañe a los cimientos de la sociedad y que pone bajo sospecha a todas las instituciones políticas, «a todos nosotros por mucho que proclamamos nuestras honestidad».
Comentó que demasiadas veces se habían atacado los partidos entre sí con la corrupción y que todos creían que los suyos estaban libres de la lacra de la corrupción, «pero la realidad nos ha desmentido con dureza a todos nosotros, al mismo tiempo que los ciudadanos perdían la confianza en nosotros. Y quiénes aún no han probado el amargo sabor de la corrupción es porque aún no se han enfrentado a la compleja responsabilidad de la gestión de los asuntos públicos».
Matizó que no era suficiente con pedir perdón, porque había llegado la hora de reaccionar y de decir que la mayoría de las personas que integran los partidos políticos son honestos y honrados. «Llegó la hora de que comprendamos que no hay partidos corruptos, como tampoco hay partido inmunes contra la corrupción, lo que hay son personas que se corrompen y personas que las corrompen».
«A estas alturas debía ser evidente de que tenemos un enemigo común que es la corrupción y lo más honeste que debemos hacer es prevenir, combatir y castigar la corrupción. En eso sí que puede haber convergencias entre los partidos políticos», aclaró Sánchez.
También diferenció entre la corrupción del sistema y la corrupción en el sistema. Cuando la corrupción está en el sistema, aparecen pocos o ningún caso de corrupción. «Pero si la prensa, la justicia, la policia y la sociedad los denuncia, la batalla contra la corrupción no está perdida. Nos tenemos que agarrar a que nuestro sistema no está corrupto. Los casos en España se investigan y se conocen. Eso no significa que en nuestro país hay un problema de corrupción serio».
Aclaró que las personas se compran con dinero, pero el objetivo del dinero no es corromper a las personas, es corromper a las instituciones y con ello a la Democracia. Y ésta es la más peligrosa. «El poder económico ha querido capturar al poder político y con ello a la Democracia».
Y concluyó adelantando que la corrupción se combate con sanciones y con transparencia.
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