“Una empresa que no se digitalice está condenada a morir”

Diego Moreno, en el centro a la derecha, junto con el resto del equipo de IOThing

Diego Moreno Eguiluz, uno de los fundadores de IOThing, ha destacado la importancia de la digitalización en pleno siglo XXI, especialmente en el ámbito industrial. IOThing está formada por personas que rondan los treinta años y estará presente en la feria de emprendimiento Startup Olé, donde expondrá el manómetro inteligente que han desarrollado. 

Diego Moreno confiesa que es «una persona que me gusta mucho cacharrear» y tiene espíritu emprendedor. Un día andaba trasteando, buscando un proyecto en el que empezar de nuevo y tuvo su eureka en el campo del IOT, del mundo de la digitalización. «Empecé a hacer una electrónica con la intención de realizar un manómetro de presión inteligente. Ese era el primer prototipo que empezamos a diseñar, pero hice una electrónica que no solo es un manómetro», matiza Diego Moreno.

¿Qué es lo que buscaba con ello?
Lo que yo vi cuando quise empezar IOThing era que, en el mundo doméstico la digitalización era muy fácil. Cualquiera podemos comprar un enchufe inteligente o cualquier dispositivo que se conecte por WiFi y cada uno se lo configure en su casa sin necesitar un equipo de ingenieros detrás, ni una suscripción ni nada por el estilo. Eso, en el ámbito industrial no existía, y eso es lo que hemos querido venir a hacer.
Hemos hecho una electrónica que captura datos, queremos hacer electrónicas que capturen datos, hacer productos muy de nicho y con una plataforma gratuita. Y que el propio usuario sea el que lo instale. El primer producto que hemos hecho es un manómetro, del que ya tenemos una patente internacional.

¿Cuándo la fundaron?
Nos vamos a dar de alta aproximadamente en octubre. Pero con el proyecto llevamos ya tres años.

¿Qué profesionales forman el equipo?
Somos cuatro integrantes, dos socios y dos trabajadores. El socio es financiero y, luego, somos un equipo de ingeniería. Yo soy electrónico, hay un informático y un mecánico experto en moldes.

¿Cuál es la principal ventaja que ofrece IOThing?
Verdaderamente, la mayor ventaja que tenemos con la electrónica base que hemos desarrollado es que nuestra empresa, uno de los mayores beneficios que tiene es la sostenibilidad. Porque fomentamos la no obsolescencia, ya que podemos hacer retrofeed de los productos que hay instalados. Una de las grandes ventajas es que, al digitalizar el producto y mantener toda la estandarización de antes, lo que conseguimos es que las empresas sean mucho más eficientes. Y esto genera verdaderamente una reducción de emisiones y de huella de carbono, en todos los sentidos.

Al ser inteligente, ¿qué se puede detectar con el manómetro?
Un caso de uso es el de detectar fugas. En el ámbito descentralizado de tuberías se puede detectar si hay alguna variación y si se está perdiendo agua. Y este es uno de los grandes males del mundo, que hay unas pérdidas de agua enormes.

El manómetro inteligente de IOThing

¿Qué beneficios puede suponer para los negocios y empresas la digitalización?
Sin ninguna duda, el poder conseguir una mejora en eficiencia energética o, en general, de optimización del proceso, porque se puede analizar cuál es la situación de lo que se está midiendo y se pueden tomar acciones en función de la misma. En definitiva, se puede hacer una gestión inteligente. También se pueden hacer análisis predictivos, puedes predecir cuándo vas a tener un problema, gracias a los datos. Y luego, sobre todo, la reutilización de los productos.

¿Con qué tipo de clientes trabajan?
Estamos empezando este mundo ahora (Risas). Pero el manómetro está pensado para todo el sector de energía, sectores de agua, gas, petróleo, etc. También para cualquier tipo de empresa, sobre todo del sector industrial, donde exista una necesidad de digitalización, bien sea con el manómetro o con la capturadora de datos. Además, el producto también está muy pensado para venta a través de distribuidores o venta al cliente final, porque es un dispositivo que lo instala uno mismo.

¿Un negocio sin digitalización en pleno siglo XXI está condenado al fracaso?
Rotundamente sí. Hoy en día con la digitalización y la globalización lo que estamos viendo es que cada vez hay más competitividad, y lo que uno hace con un coste concreto, hay otro que ha analizado muy bien sus procesos y tiene unas métricas muy al detalle -para eso sirve la digitalización-, ha optimizado muy bien el proceso y consigue reducir costes y tener una mejor eficiencia. Esto va a hacer que el que no se digitalice, probablemente pierda competitividad y termine por dejar de existir.

¿Qué es lo más gratificante que le ha pasado en estos años?
Que te recompensen. Por ejemplo, ganamos un premio de ‘pitch’ en CyL-HUB el año pasado. Pero también, todos los aprendizajes que uno se lleva. Lo que importa es que, aunque cueste muchas veces, hay que saber disfrutar del camino y no esperar a llegar al final, porque el aprendizaje durante el mismo es brutal.

¿Y lo más duro?
Que muchas veces te encuentra solo, como compañía, y en la situación de que hay muchas trabas al emprendimiento. Se están haciendo muchas propuestas como la Ley de Startups, que favorecen el emprendimiento o mitigan esas trabas, pero hace falta más.

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