La Casa de los Doctores de la Reina

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La Casa de los Doctores de la Reina o palacio de los Álvarez Abarca.

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n esta casa vivieron los tres médicos que en el reino de Castilla y León fueron conocidos como los “Doctores de la Reina”. El primero, Fernán Álvarez Abarca, fue profesor de medicina en la Universidad de Salamanca entre 1438 y 1469. Su hijo Gabriel, bachiller, licenciado y doctor entre 1438 y 1508, ejerció como médico de cámara de los reyes desde 1494 hasta su muerte en 1508. El tercer doctor de la reina fue Fernando, hijo de Fernán y hermano de Gabriel, que desempeñó el cargo de médico de los monarcas a partir de 1498, también hasta su muerte, ocurrida en 1526.

Fernán Álvarez Abarca mandó construir el edificio conocido por el sobrenombre de los médicos de la familia, los “Doctores de la Reina”. La vivienda ha permanecido en manos de sus descendientes hasta 1911. En ese año, Diego Golfín Villalobos, sucesor de Fernán, la dejó en herencia a su amigo Enrique Granda Calderón y Robles. El sobrino de éste, Miguel Granda Torres, la vendió en 1946 al Ministerio de Educación Nacional.

La familia Abarca era de origen navarro, y su linaje nació a mediados del siglo IX. Parecen descender de un caballero que combatió en la batalla de las Navas de Tolosa con las tropas del rey de Navarra. Por su intervención en dicha contienda recibió las cadenas que figuran en el escudo familiar. Ya en el siglo XI, García Sánchez Abarca acompañó al rey Alfonso XI a la conquista de Algeciras, y como compensación por los servicios prestados el rey le otorgó un privilegio: recibirlo en su guarda y en su encomienda. El hijo de García llegó a ser alcalde mayor de Villarreal, y su nieto, Alvar Sánchez Abarca, casó con la hija del alcalde mayor de Sevilla.

[pull_quote_left]La vivienda ha permanecido en manos de sus descendientes hasta 1911. En ese año, Diego Golfín Villalobos, sucesor de Fernán, la dejó en herencia a su amigo Enrique Granda Calderón y Robles. El sobrino de éste, Miguel Granda Torres, la vendió en 1946 al Ministerio de Educación Nacional.[/pull_quote_left]Los Abarca estuvieron también vinculados a la rama bastarda del rey Alfonso XI. Es acompañando a uno de estos últimos, Juan, señor de Ledesma, en 1358, cuando aparece en las crónicas un Abarca, que bien pudiera ser el médico del noble salmantino. Su situación profesional de galeno de la nobleza ledesmina le proporcionó grandes propiedades en sus entornos: Ledesma, Boada, Ciudad Rodrigo y Salamanca.

En 1438 aparece en los libros de claustro de la Universidad de Salamanca el primer Abarca, Fernán Álvarez, que había obtenido el grado de doctor y la plaza de profesor de medicina. Sale a colación en los libros de claustros por sus frecuentes ausencias, aquejado de múltiples enfermedades. En 1469 se jubiló a petición propia, y ese mismo año su hijo Gabriel, que sustituía a su padre en las ausencias docentes, se hizo llamar “Gabriel de la Reina”, nombramiento que podría indicar la muerte de su padre, del que recogió el testigo y el título.

Gabriel estuvo en prisión en mayo de 1470 por algún motivo que desconocemos, pero que fue considerado grave por la justicia. En diciembre de 1477 accedió a la cátedra de Prima, y el 15 de abril de 1494 los Reyes Católicos lo nombraron su físico. A partir de entonces comenzaron las frecuentes ausencias de la cátedra, al igual que había ocurrido con su padre.

Gabriel destacó también como filósofo. Contrajo matrimonio con Beatriz de Anaya en 1475. De la pareja nació un hijo, Francisco Anaya, notorio comunero que aparece en 1522 en el listado real como uno de los castigados por el emperador Carlos I. Francisco Anaya figura en la relación como difunto. Gabriel murió seguramente en 1508, antes del levantamiento comunero.

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